Sueños que son historias: el pájaro


Algunos sueños los recuerdo, otros no. De hoy recuerdo dos, uno ... da lo mismo, y este vamos a ver qué me dice porque, yo, no lo entiendo:

La urraca



Viajaba en un coche cuando veo por la ventanilla una urraca volando con dificultad, pues le faltaba su larga cola. 
"¡Vaya!" 
Saqué la mano por la ventana y la urraca se acercó mucho. Tanto, que al final se posó en mi mano.

"Ayyy".

Clava las uñas. No os penséis, esos pájaros son grandes.

Miré a la urraca y pensé que debía de estar cansada. ¡Pobre urraca! De nuevo voló otro poco y de nuevo si yo ponía mi mano a su alcance, como refugio, se paraba allí a descansar. Y se paró y apoyó el pico en mi mano.

- ¡¡Da la vuelta!! -dije al conductor.
- ¿Qué pasa?
- ¡Porfa, da la vuelta, está herida!

El conductor dio la vuelta y paró. Salí del coche. 

"Hay que buscarle un refugio" pensé.

Pobre animal. Así que busqué un refugio. Y de todos los lugares del entorno, el mejor era un parque. Llegué hasta allí y me encontré cosas por el camino que me podían servir. Unas flores, un poco de verdura, plantas. Dejé a la urraca (se acercó gente al verme con ella) en un lugar semi escondido, bajo un matorral, y lejos de donde los niños jugaban al fútbol o del paso.

- Espera, voy a por agua... -le dije al pájaro.

Al darme la vuelta encontré a otra persona. No le conozco, pero en el sueño sabía  más que los demás. Me pareció un chaval preocupado por la naturaleza.

- ¿Qué haces?
- Está herida esa urraca -le dije-, voy por un poco de agua...
- ¡Aah! Áurea corvidae...

Vale, sí, el nombre en latín. Conocía al pájaro, pues qué bien. 
Me acerqué a una fuente, con una hoja capturé un poco de agua.

Al acercarme de nuevo al refugio me agaché y le di de beber a un pájaro blanco y negro. Pero me sorprendió un poco. Y al levantarme a por más agua me dijo el chico:

- ¿Ese pájaro?

El chico me siguió mientras yo llenaba de nuevo la hoja y volvía al refugio. Pero... ¡ese pájaro no era la urraca, era un avión común y estaba muy sano! Le llevé agua de nuevo y se acercó sin miedo alguno y se puso a beber. Y también se me acercó otro animal, y un niño, y otro pájaro y... ¡¿¿Qué pasa aquí??!!

Me levanté y miré al chaval joven:

- ¡¿Monto un refugio y se acerca todo el mundo?!
- Pues claro.

¿¿?? Recuerdo que pensé: "No lo entiendo. Los animales nos tienen miedo. Generalmente."

Y miré de nuevo al avión, al petirrojo, al gorrión, al .... ¡Nelly tiene un zoo jajajaja!

Pero aquí viene lo que no entiendo. Fui a buscar a la urraca, y no estaba. Y cuando regresé de la fuente por tercera vez.... lo que vi son... plumas y restos con sangre. Imaginaos. Todo el sueño, yo solo quería salvar a esa urraca. Y aquella pistas no eran buen señal.

A pocos metros había un gato. Nunca vi uno tan espectacular. Era majestuoso. Y de un color como tirando a blanco pero no exactamente. La verdad, no parecía un gato y ahora os cuento el porqué. Enfadada, me acerqué a él. Le culpé de la muerte de la urraca. Me puse a su altura y pensé: "¡Lo voy a asustar!".

Le moví las manos, le puse cara de ferocidad, hice ruidos, ffffffffppppffff!!! ¡¡¡fuera, gato malo, has matado a mi urraca!!!

El gato era un ejemplo de estoicismo increíble. Y solo me miraba. Impasible. 

"¿Cómo puede no tenerme miedo?" Ni se movió. Nada, ni un ápice. Era un gato grande e impasible con unos ojos más... no sé, era como mirar el universo. No tengo ni idea de que representa ese gato impasible en el sueño. Sólo sé que, viendo que fracasaba en mi intento de venganza, me erguí de nuevo. Y se acercó el chico.

- Por la forma es que están esas plumas -dijo, señalando los restos-, ha venido de lo alto.

- ¿¿¿Qué???

- Ha sido otro pájaro -me dijo, señaló el cielo-, ha sido un halcón.

- ¿De veras?

Jo, y yo culpando al gato. Con razón no se movía.

Miré al chico, muy triste, o más bien... confusa.
Creo un refugio y se me acerca medio planeta. Conclusión: cuando haces algo con compasión todo el mundo viene porque el mundo necesita eso.

Pero yo lo que quería era salvar a la urraca.
Sabéis, sigo muy meditabunda. Me desperté porque escuché ¡¡¡FIUUUUUU!! al lado de mi oído, ajajajaj. Os lo prometo. Digo, ¿qué? 

Pero no entiendo... no entiendo qué me dice mi mente. La parte de la compasión, sí, ya la vi, gracias. Lo vi clarísimo. Pero... si yo solo quiero salvar a una pobre urraca, y hago todo lo posible, ¿para qué va el sueño y se la carga? No es justo. ¿Que saco de ahí? ¿Que aunque a veces  nos esforzamos luego viene algo externo y allá fue todo? No lo entiendo. ¿Que no podía salvar a la urraca? ¡Pues vaya!

Mal, muy mal, jajajaj! Este sueño no me ha gustado, cerebro, para mañana te inventas otro mejor. Lo quiero con unicornios jajajaj. 



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