El día que me compré un Sandero...


Es más que probable que pudiera solicitar a la marca que me regalara algo por hacerles publicidad. Pero lo cierto es que como el coche parece algo tan importante... por algún motivo que se me escapa, y que creo que tiene que ver con el movimiento... pues le voy a dedicar unas líneas.

Dentro de los aspectos fundamentales que me han llevado a elegir un modelo u otro el orden sería:

- el factor económico

- el factor gusto

- el factor acorde a la vida que llevo.

De entrada, sin tener idea de coches y sin gustarme especialmente el mundo del motor, no sabía ni por donde empezar. Pronto el factor económico me hizo renunciar a una buena parte del mercado. La recomendación de amigos y familiares también me orientó hacia Renault. 

Pero aún quedaban dos factores más a los que convencer. Al factor gusto no había quien lo convenciera de que me separara del citróen saxo (por algún motivo extraño, él también es un maestro). Casualmente voy perdiendo maestros a la vez. No es justo. No sabéis el apego que le tengo a ese pequeño coche maravilloso.

Al factor gusto le interesaba un coche cómodo y seguro. Y a un factor más extraño aún le interesaba un coche que contaminara poco. Este último factor y el económico discutían a menudo.

Entonces intervino el tercer factor.

Y ese surgió de preguntas casuales.

Existen ciertos baches que a mí me dan mucho miedo. Un Sandero alto me aseguraba no rozar la parte baja del coche.

Eso era interesante.

Justo cuando debatía conmigo misma qué elegir, surgió la opción de un Sandero híbrido a gas. Que por lo visto tiene de las mejores pegatinas ecológicas actuales, y hoy me he enterado, paga tres veces menos de impuesto de circulación.

Interesante.

Y luego estaba la gasolinera. Yo hago solo un camino con el coche. Es una curiosidad que para algunos roza el miedo patológico (y lo es) porque realmente no es que conduzca mal, es que tengo miedo. Mucho. Hace años, en la gasolinera a la que voy (siempre) me llamó la atención un surtidor de gas. "Mira qué cosa" dije a un amigo. Que me contestó: "sí, eso existe". Los taxistas repostaban ahí. Y yo pensaba... ¿repostar gas? ¿pero eso se puede hacer? 

Bueno, mira tú por donde. 

- El único problema es que no hay muchas gasolineras con gas... -me dijo alguien hablando del Sandero.

Y yo pensé "Pero un momento, ¿qué hago yo con el coche?" Yo con el coche me enfrento a un bache en un descampado que cualquier día uno entra y no sale por el otro lado. Y yo con el coche reposto siempre en la misma gasolinera con surtidor de gas..

Entonces, ¿¿dónde estaba el problema???

Ese es el factor: acorde a la vida que llevo.

Ese es el factor más importante. A veces queremos cosas (ejem) ... A veces.... esperad, es que me cuesta un poco escribir esto. 

A veces queremos cosas que creemos que queremos pero en realidad son una ilusión.

Una cosa es lo que queremos y otra lo que necesitamos... o por no usar la palabra necesitar: una cosa es lo que nos decimos a nosotros mismos que queremos y otra lo que nos va mejor.

En otras palabras, en los coches y en la vida hay que ver qué nos va mejor.

jajaj!
Y esa es la lección de hoy!!!




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