Sueños que son historias: los nombres.

Madre mìa.
Viajar me hace soñar cosas raras y esta historia es lo mejor que he soñado en años...

No recuerdo còmo empieza, solo que era de noche y un lago. Estaba allì escondida y veìa a otros personajes. Algunos eran niños, o estaban disfrazados de niños, otro era adulto. Pero ninguno era humano. Junto a estos seres habìa luz aunque todo lo demás estaba a oscuras. No sé de donde venìa esa luz.

Al lado del lago habìa una casa.

- Pero ¿va a venir o no? -preguntò un personaje a otro.

Yo estaba escondida. Y la respuesta era no. Otro personaje protestò:

- ¡¡Para esto llego hasta aquì pasando entre los humanos!! -dijo. Y se agarrò el brazo porque se le estaba inflando como si llevara un disfraz.

Me escondì más de ellos. Una niña contestò algo al resto, muy tranquila. Y yo pensé en largarme volando y entonces algo me agarrò del brazo.

¡¡¡Qué susto!!!

Lo más parecido es deciros que se trataba del cartero de mis cuentos.

- ¿No querìas saber cosas? - me pregunto.

Miré el lago, yo seguìa escondida, y aquellos seres se iban a marchar...y yo seguìa escondida, y mirè al cartero y me solté de su mano. Y yo seguìa escondida y sonaron a lo lejos una sirenas y los seres se fueron y yo no me dejè ver. Una vez que se marcharon vi a otra chica, de pelo corto, que llegò hasta la laguna. En el sueño ella me conocìa y me llamò pero como estaba asustada deseé que se durmiera y se durmiò. Por tanto tenìa dos poderes: volar y hacer que aquella otra se durmiera.

Entonces llegaron otras personas. Gente normal, como yo. Humanos. Y hablamos y yo tenìa que ir a trabajar y alguien dijo: ¡ey, hay una chica en el lago! Y yo la ayudé a salir y le dije: "lo siento, me habìa olvidado de ti". Y me fuì a trabajar.

Mi trabajo era mi trabajo. Aunque tenìa que atender varias cosas a la vez. Volvì a ver al cartero que me miraba como diciendo ¿qué estas haciendo? Y yo le miraba como diciendo "Trabajar. ¿No lo ves? Soy una humana ocupada".

Habìa un borracho en una esquina, con una guitarra. Daba nombres a los trabajadores y cantaba. Pero era ... ¿malo? Escribìa tu nombre en una hoja de papel y...yo le ignoraba. Pero tengo la canciòn metida en la cabeza. ¡Qué pesado el borracho! Repetìa tu nombre una y otra vez. Cantaba a los humanos. Les decìa quiénes eran. Pero era falso, solo eran nombres.

En un momento dado, casi al final, me agarrò de la muñeca y se dispuso a cantar y como el sueño iba de esto, de los nombres, casi me vuelvo loca (tanto no) pero me aparté de él:

- ¡¡Déjame!!-dije.

Comenzò con su canciòn mientras escribìa mi nombre en un papel. Y me perseguìa.

- ¡¡Que me dejes!! ¡¡Cállate de una vez!! ¡¡Yo no necesito un nombre!! ¡¡Que te calles!!

Jo si estaba alterada. Al girarme descubrì al cartero a mi lado.

- Ayùdame-le pedì.

Esos nombres eran falsos, aunque sea mi nombre real, eran como cárceles.

El cartero de mis cuentos (ya os dije que escribo de él porque aparecìa en mis sueños) sonreìa y no parecìa alterado. Me contestò:

-¿Quieres librarte de él? Pregùntale cuál es su nombre.

- ¿Còmo te llamas?

El borracho se detuvo. 

- ¿Yo? -preguntò, arrastrando las sìlabas.

- ¡Sì, tù! ¿Cuál es tu nombre?

- Mi nombre...-se echò hacia atras, creì que se iba a caer al suelo con su guitarra. El niño mensajero sonreìa. Qué poderoso parecìa y a la vez que humilde es- Yo soy...

Dijo el borracho.

- Yo....

Añadiò. Comencé a sentir que todo el sueño se venìa abajo.

- Yo me llamo...soy....yo...

Ruidos fuera del sueño. Muy aliviada, me desperté.

Caramba.

2 comentarios:

Davidel dijo...

Caramba!! ese es mi comentario.
Cómo mola!! 😁😁😁

Nelly dijo...

Jajajaja!!

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