Experimenter




Historia a medio camino entre la película y el documental, que narra la vida y experimentos de Stanley Milgram. Personaje basado en el científico de mismo nombre, interesado en comprender la obediencia a las órdenes que implicaban matar a personas durante la II Guerra Mundial. 

El comienzo de la película/documental resulta un poco descorazonador. Algunos experimentos los conoceréis (mis amigos y yo, de pequeños, jugábamos a lo de "mira a la azotea y ya verás que todo el mundo se queda mirando". Tiene gracia, pensé que era un juego de niños ja ja ja ja!) Resulta que veinte años antes, alguien lo investigó de verdad. También sale ... algo parecido al famoso número Bacon. Su base. Esto tiene gracia también, pero porque hace ocho días no podía dormir y me quedé dormida pensando: "¿Sabías que todas las personas de la Tierra están unidas por 6 grados?" Y mi pensamiento contestó: Demuéstralo.
Y yo me dije mentalmente: "Conozco a XX que conoce a XXX, que conoce al actor que da voz: Morgan Freeman... lo que te une solo con 4 grados a todos los actores de Hollywood" (jajaja!) y como no podía dormir, le dije mentalmente a mi pensamiento: "elige a alguien" y mi pensamiento contestó: el Dalai Lama.
"Fácil. Conoces a XX, que conoce seguro al Dalai Lama"
(eso es como decir que el párroco de tu parroquia conoce al Papá. No es correcto)
"Está bien. Conoces a XX, cuyo maestro es XX, quién seguro conoce al Dalai Lama. ¿Es correcto?"
Sí.
"Y el Dalai Lama conoce al Papa por lo que...."
Y me dormí.
¡jajaja!
La cura contra el insomnio es el Número Bacon.
¡jajaj!

Locuras aparte. La película es más la vida del psicólogo social y realmente sólo me he reconciliado con ella cuando dan el resultado real del experimento: un 65% de la gente torturaba a los demás si la autoridad lo pedía. Un 65%. No un 100%.

Un 35% de las personas que participaron, se negaron. 

En cuanto a otros experimentos famosos, en los que habla del peso del grupo, se olvida de señalar que la otra cara de esa "falta de individualidad" es la adaptación al medio. Y ahí sí me habría gustado decírselo en persona (ya que levantó tanta polémica): claro que si todos corren, en masa, tú vas a correr. Pero es que eso igual te salva de un incendio. Se olvida de esa parte. También te puede ocurrir que no actúes como el grupo por mero despiste (esto me pasó en el metro hace unos días) y amablemente, una señora me dijo: "Tienes que darte la vuelta, se sale por el otro lado". A lo que yo le respondí: "Felices Fiestas" y ella contestó: "Te deseo que todo te vaya fenomenal" y ya todo eran sonrisas y alegría. Respecto al peso del grupo en el individuo, donde fueres haz lo que vieres, dice el refrán, y él se olvida de eso. Su experimento está sesgado, pretende ridiculizar. Y se olvida de que hay algo neutro detrás que en unas circunstancias puede dar lugar a algo positivo (ej: los coches frenan, yo freno, y descubro un obstáculo en la carretera que no había visto), o  algo negativo (todos corren, yo corro, se produce una avalancha de personas sin motivo y hay heridos). El mecanismo es el mismo. Y él parece que se olvida de eso. No es bueno, ni malo, es neutro. 

En cuanto al tema de la obediencia, la clave está en los valores.
Son muchas las cosas que pueden influir en el experimento (cómo interprete el maestro que está castigando de verdad al aprendiz, cómo le pida el investigador que siga, cómo analice el maestro la situación) Sin embargo, habrá un número de personas que entiendan de verdad que su acto está causando sufrimiento en el otro y esas personas se negarán a continuar. Lo que las pone en conflicto con el experimentador, lo que hace que este experimento -verdaderamente-esté en el límite de la ética. 

Y hubo un 35% que no siguió adelante.




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