El lama, el gueshe, mi pensamiento y yo.



Anoche regresé al templo Budista.
Hacía unos siete u ocho meses que no iba. Lo primero que me sorprendió es que... me recordaban.
Una buena amiga de allí (no sé su nombre, nos conocimos hace mucho tiempo pero porque las dos nos acercamos la una a la otra y dijimos: "¡yo te conozco pero no sé de qué!". Fue muy gracioso,...) Creo que se parece a alguien que conozco y a ella le debe de pasar lo mismo. En fin. Se acercó y me dijo: "¡Qué alegría! ¿Por qué dejaste de venir?".
Bien. En ese punto asomó a mis labios una sonrisa torcida y dije: "eeeeh... eeeehhh".
(Razones tengo pero no las voy a dar=)
En "eeeeh", se quedó.
Luego me senté. (Varios "eeeeehsss..." después)
Me puse a curiosear los libros de lecturas.

Entra el lama, el gueshe y allí al fondo estoy sentada yo.
No recito rezos, cantos ni mantras... primero, porque me da vergüenza. Segundo, porque en la Iglesia tampoco rezo en voz alta. Me da mucha vergüenza.
No obstante... cuando pasan al idioma tibetano... me gusta oírlos. Es una lengua tan extraña.

Analizo mientras los cantan su letra, y me fijo en que rezan a algo, o alguien, llamada Tara. Y me pregunto si debe ser una especie de deidad. Establezco paralelismos con otras religiones. Como no tengo ni idea, me gusta jugar a ver similitudes. Me encantan las similitudes. 

El gueshe joven dice: "ya que la última vez no hubo tiempo para las preguntas... hoy vamos a comenzar por ahí. ¿Alguien tiene alguna pregunta?"

(vaya, ¡ya es casualidad!)
¿¿Una??
¿¿¿Una solo???

Uffff. 
Me quedo callada y me acuerdo del Muso. "No empieces por la cúspide" dijo. Uff, menos mal que me lo dijo porque una querría preguntar por el karma, el origen del universo, la vida en otros planetas, el porqué de cada vez más seres humanos, la energía, y otro sinfín de cosas que empiezan por: "Oiga, ¿¿de verdad cree usted eso cuando la ciencia dice que...??"

Claro que entonces puede que me echen del templo.

Opto por quedarme callada escuchando a los demás. Me llama mucho la atención algo de la sala, pero que no sabría definir bien. Parece más real, más... no sé. No hablo de nada místico. La energía no es algo improbable a nivel científico. En aquella sala (más que tener) ocurre algo especial. Y estoy casi segura de que está relacionado con el "buen rollo" que desprende la gente. Me dan ganas de decírselo.
(Oigan ¡qué buen rollo hay aquí! ¿se dan cuenta?)


Hasta que por fin planteo una pregunta (una bien meditada) y obtengo una respuesta la mar de interesante. Antes de hacerlo he levantado la mano hacia el techo y juraría que el gueshe joven se ha reído.

Tras esto, el lama habla de la vida (a raíz de otra pregunta).

No me parece descabellada su definición, pero porque emplea la palabra energía. Y habla del cuerpo como soporte de dicha energía. (¿Alguien tiene pruebas que lo contradiga? pienso. No. Luego en lo que a mí respecta, esa idea es bastante aceptable.)

El lama habla de la crisis de occidente.
(Es difícil cambiar un sistema global en el que estamos inmersos. Lo de la ética, vale pero, ¿cómo la implantas? pienso)

El lama habla de la ciencia
(doy un brinco) Dice que para el cuerpo tenemos mucha pero que para las enfermedades mentales, nada. Y que es cosa de cada uno superarlas entrenando la mente. Que todo problema mental tiene la solución dentro de nosotros. Se ríe al decir: "sois tan avanzados con la ciencia que de tener solución con vuestra ciencia ya la habrías encontrado. Pero al tratarse de algo de la mente...no tenéis ni idea".
(Ya es casualidad. Por segunda vez) pienso.


El lama habla de dinero.
de repente...
(dieeeerooooooooooo...dámelo-dámelo-dámelo...) 
Me entra la risa (mental). Y a mis labios aflora una sonrisa también. Menos mal que estoy sentada la última. Me agacho.
("Dinero, dinero dineeeeroooooo... todo el mundo quiere dinero) pienso.
El lama habla de que los seres humanos, las personas, vemos "cosas buenas y malas" cuando nos preguntan por algo. Luces y sombras. Salvo con el dinero.
(Diiiineeerooooooooooo -pienso yo-, dinero, todo el mundo quiere dinero, dinero dinero dinero..)
Si el lama supiera lo que estoy pensando... me hace muchísima gracia porque mi mente está en plan jocoso. Como José Mota cuando habla de las "sartenes en oferta bancaria". Es un trozo de programa antiguo que vi, en el que dice que a los seres humanos nos da igual lo que nos den con tal que sea gratis y te lo puedas llevar. Es muy gracioso. Va un tipo a un banco y el banco le dice: por abrir una cuenta le regalo una sartén. Esta cuenta tiene 300 euros de comisión, pero usted se lleva una sartén. Y José Mota se gira a la cámara y dice: "que por 300 euros me compro yo una ferretería llena de sartenes pero claro, como lo quiero ya, lo quiero todo...". Yo con ese sketch me río mucho. Muchísimo. Me pareció una genialidad. Los humanos somos absurdos a veces.
Y mientras el lama hablaba con voz suave yo pensaba: "¡¡sí, lo que tú quieras pero dinero queremos todos, dineeeerooooooo".
Y el lama dijo:
- ...se rompen las familias...
(dineeeeroooooooo)
- ... nunca hay suficiente.... -continuó el Lama- ¿cómo puede no haber suficiente nunca? ¿cómo puede ser todo positivo en el dinero? ¿cómo no véis lo malo?

Y bien, aquí no sé qué paso. Alguna palabra dijo que de repente... pensé:

(¿Y qué hay de las preocupaciones?)

¡Anda!

Me di cuenta en ese instante (porque mi mente en cursiva es puñetera y no siempre habla)...pues...¿las preocupaciones? Claro... eso es verdad. Tienes algo, te preocupas. Tienes coche, te preocupas... no te digo nada el que tenga un castillo. Científicamente hablando, ante la prueba irrefutable, el dinero trae preocupaciones.
Luego no todo es bueno en el dinero. Eso está claro.
De repente, y así, sin palabras, me di cuenta de que "menos acumulación" no era algo malo, como forma de vida. Me quedé muy seria. Muy, muy seria.
Alcé la cabeza.
El Lama, sin embargo, se reía.

"Pues yo no le veo la gracia" -me dije. Me había dejado pensativa. Pero me empezó a caer bien. Sí, un hombre que se ríe de semejante manera al acabar una enseñanza tiene que ser, por fuerza, curioso. La verdad es que son curiosos los dos. Es imposible no cogerles cierto cariño. Aunque sólo sea porque hablan en tibetano y parecen tan dispuestos a ayudar.
¿Cómo será hablar en tibetano?

En fin, esta es mi experiencia.
No sé si volveré (horario, dinero, JAJAJAJAJAJ!!! JAJAJAJAJA!! ay, perdón...se me va la pinza)
Bueno, igual vuelvo.

No lo sé porque... a ver, siempre es refrescante que te den nuevas ideas. Y parecen majos. Seguro que vuelvo. Pero yo toda nueva información la tomo con pinzas. No quisiera... ya sabéis... la gente cuando se convence de algo pierde el norte. Y, si soy sincera, me da bastante miedo que me engañen.

Si lo hago les preguntaría qué es la mente. Porque si cambia todo el rato... ¿dónde está? igual más que el qué... la clave es el ¿dónde? 

Y esa es mi historia con el budismo!
Ciau!!!!!





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