El lado del cerebro que resuelve puzles por intuición


Bueno, bueno, bueno... arranca este 2017 con una prueba científica.
Cabe destacar, antes de que sigas leyendo querido internauta, dos cosas: primera, esta entrada está ilustrada con garabatos que he hecho en un manuscrito y nada tienen que ver con los temas de los que se está hablando. Segunda, esta entrada no tienes por qué creértela. De hecho, si yo la leyera a otro, no me la creería.

Dicho esto, vamos al tema (curioso, curioso tema). Tiene que ver con el funcionamiento de nuestro cerebro. Por cierto, busca "dopamina" en google si tienes un momento porque van a salir cosas muy interesantes. A eso ya le dedicaremos otra entrada, porque explica, entre otras cosas, porqué la gente come para aliviar el estrés... y por qué es importante marcarse metas y logros.

Ahora vamos a los hechos...
Hace ya varias semanas estaba a punto de aparcar mi coche en mi sitio de siempre, cuando pensé... "oye, ¿y si dejo a ese otro lado del cerebro aparcar?".

¿Otro lado del cerebro? -te preguntarás.
Pues sí, pues sí, amigo lector. Tengo una teoría nueva. Tenemos 2 cerebros (¡jajajaja!). Bueno, no es exacto, tenemos uno en realidad, pero estoy segura de que funcionamos  -al menos- en dos niveles.
Mi lado del cerebro habitual (el que manda), cuando aparca, realiza de 5 a 10 maniobras. Como esté nerviosa esto puede subir a 15. ¿Por qué? Pues porque tengo las medidas tomadas y según la luz incide en los otros vehículos y en la columna del garaje, me digo: "uy, uy, no, para ya. Ahora giro, ahora para atrás... ay, no, espera, esto va muy justo. Mejor empiezo otra vez.. gira, gira... ahora... etc."
Ese es mi lado del cerebro normal.
Está encendido todo el día: "bla,bla esto... bla,bla lo otro -me digo-... bla, bla aquello..." Es como una radio que no se apaga nunca. A ese lado, lo conozco. (Más o menos) Es el lado planificador. Está muy bien, es un lado muy listo. Es más, soy yo. O eso creo, todos tenemos un lado del cerebro "pensador". Y es lo que somos, ¿no? O sea, somos nosotros, es nuestra identidad. (**dejemos un momento de lado el budismo, porque algo me dice que me estoy equivocando con la última afirmación....).

Bien, como os decía en este ejemplo, y dado que a veces los escritores ponemos cosas en cursiva, precisamente cuando queremos apelar a ese otro lado no tan... obvio, pero sí mucho más significativo, pues me dije: "venga, voy a aparcar con ese otro... ""lado""".


¿Me creéis si os digo que el coche entró a la primera?

No "bla,bla". Solo "aparca"... y aparqué.
Vosotros no me conocéis pero... no soy especialmente amiga de la conducción. (Vamos, que no lo he metido a la primera en 2 años ni de coña...)
Y ahí ves. Aparcar sin maniobrar. La cara de estupor que se me quedó al volante fue de lo más graciosa. 

jajajaja! Me entró la risa y entonces me dije: "Vaaale". Lo anoto en el papel de "cosas curiosas".
Y seguí a lo mío.

Pasaron varias semanas, muchas, y un buen día comencé a hacer ejercicios visuales en una consola que tengo. Decidí que sería bueno para mí ejercitar la vista porque la fuerzo mucho entre libros y trabajo y demás. Así que empecé a jugar a ese videojuego en la Nintendo 3DS (***publicidad no subvencionada, jajaja). Y en una de estas jornadas estaba subiendo al metro a la par que jugaba al ejercicio llamado "trilero". El trilero consiste en meter un círculo dentro de un cubilete y darle vueltas a tres cubiletes hasta que se paran, y el que juega debe decidir dónde esta.
Bien, como tuve que subir al metro y un señor me entorpecía el camino, no me quedó otra que dejar de prestar atención a la pantalla para esquivar al señor y, cuando volví a mirar, ¡¡puñetas!!, los cubiletes se habían parado:
- "¡¡jo##er!!" (pensé enfadada)

Me he perdido el juego. Iba a fastidiar mi puntuación.

Y entonces pensé... espera, ¿y si uso ese sexto sentido del cerebro???
¡¡Muy bien, cerebro, ¿dónde está el círculo???!!!
jajajaja!!
De verdad, que me lo pregunté a mi misma. Aunque a los pocos segundos, mentalmente, me dije: "vamos, que ni de coña. Esto es ridículo"

Mi otro lado del cerebro no siempre responde. A veces no siento nada.
Pero se ve que ese día estaba de buenas, porque señaló:

"Este".
Sin palabras, claro. El cubilete número tres. Sin duda. 
Hum.
Hum. Es imposible. Imposible. No estaba mirando.
Doy al cubilete en cuestión y pone: "has ganado"
jajajajaja!!

Vale, entonces me dije: Esto se llama CASUALIDAD. En serio, 1 de 3. Un tercio de probabilidad de acierto y si no es casualidad es otra cosa: visión periférica. Seguro. Yo estaba mirando al caballero pero de algún modo mi cerebro sabía... lo que pasaba en la pantalla. Y no me digáis que no es posible porque lo es. Mirad documentales del funcionamiento del cerebro, os digo yo que recibimos como 100% de información y atendemos o filtramos apenas un 8%. Apuesto a que podría saber lo que está ocurriendo a dos calles de aquí si tuviera el entrenamiento suficiente. Y no solo yo, tú, que me lees, y todo ser humano que camina sobre la Tierra. Se llama prestar atención. 

Bien.
Lo dejé estar.

Y así llegamos a la fase de experimentos jugando al  "Profesor Layton".

El profesor Layton es una saga de videojuegos de puzles. Ha dado la casualidad de que me han regalado la última entrega, que en mi opinión adolece bastantes fallos (trata de un escritor, pero llevo 3 horas jugando y apenas he topado 12 puzles. No hay más. Y yo lo que quiero son puzles).



Hubo un momento que, leyendo uno de los puzles, pensé... ¿y si hago una prueba?. Muy bien, dejé mi lado "pensador" y le dije a mi lado intuitivo: "venga, resuelve "
Sin pensar.
Bien, he aquí lo que ocurrió:

** En uno de los puzles, simplemente, comencé a probar. Pim, pam, pum, combinaciones para construir un puente. Sin pensar... y lo saqué. Apagué el lado "pensador" del cerebro. Solo probar.

Al acabar el puzle, me dije: "bien, cuando no sepas algo, prueba. Porque probando... se llega a la respuesta".

Lo extraño fue con las otras dos pruebas que hice a continuación:

* En uno de los puzles me atasqué. Pensando de manera lógica, no lo sacaba. Entonces di un paso atrás con mi cerebro pensador y le dije al otro: "dime la respuesta". 
La respuesta es XXX

¿¿Huumm???
Bueno... ¿os podéis creer que era la respuesta correcta? ¿Sabéis lo alucinante que es eso? Me dije: ¿¿pero bueno... tengo dos mentes o qué???? jajajajaj!!!

Y entonces ya puse la prueba final. De uno de los puzles no leí las pistas. Eran cuatro posibilidades. 4 respuestas posibles. No leí las pistas y dije: ¿cuál es?

El caballero (sin palabras, supe la respuesta).

¡¡Venga!! ¿¿En serio?? Abrí las pistas. Tal como iban podían ser dos soluciones. ¿Por qué el caballero y no la solución número 3? 

Sabes que es el caballero (sentí, pero sin palabras).

¿¿Pero por qué?? ¡¡¡No hay pruebas lógicas que lo respalden!!! (menudas conversaciones mantengo conmigo misma).
Y esta vez si hubo respuesta mental:

"Olvida las pistas y fíate de tu intuición de escritor. Sabes que es el caballero".

La respuesta era el caballero.

Bien, no volví a usar más el experimento porque.. es de locos.
Pero sí presté atención a una cosa. Esa parte "no verbal" del cerebro, en el resto de los puzles que intentaba resolver mi "cabeza pensante", también estaba presente. Pero ojo! No me daba las respuestas (porque no es la parte que manda). ¿Sabéis dónde está? ¿en que la noté? En que me dice en qué fijarme. Es el instinto.
Os lo expongo de otro modo: hay un puzle que es de averiguar sombras. La sombra correcta. Tal cual se abrió en la pantalla, yo me dije: "venga, a resolverlo" y, qué queréis que os diga, me parece que se lo digo a "esa otra parte" ¿entendéis? Es como si mi mente pensadora y planificadora se pasara el día contándole cosas a "esa otra parte". Y esa otra parte está ahí, pero... no siempre habla. No sé si es que no se digna o es que solo aparece cuando de verdad hace falta. Es el instinto. Yo puedo decirle mil cosas pero normalmente esa parte está ahí y no contesta "ná". Solo está.
Y me di cuenta de que cuando yo digo: "voy a resolverlo. ..." esa intuición hace que me fije en una u otra cosa. Y cuando lo entiendo, (por ejemplo, las sombras estaban plagadas de detalles, el acertijo pasaba por ejercitar la práctica visual. No era matemático), pues cuando lo entiendes, digamos que se crea como una sintonía. Entre la parte pensante... que es la que pide, la que dice "haz esto, consigue una respuesta, haz lo otro". Y la otra parte. La otra parte que siente. 

Es una parte que no piensa. 
Sólo siente. 
Y acierta la puñetera.
¿¿No es increíble??

Pero bueno, todo esto puede ser mentira. Puede ser todo casualidad. Aparqué de casualidad, acerté de casualidad y los puzles... ay, los puzles. 
Será casualidad.

Puestos a hablar de misterios, ¿alguien sabe en qué parte del cerebro se ubica la identidad?
Si lo sabe, que aporte, por favor. ¿Dónde estamos exactamente? ¿en el lóbulo frontal? Y si alguien sufre un accidente y se olvida de quién es... ¿deja de ser quién es? Peor aún... ¿qué ocurre con el cerebro cuando los sistemas fallan y dejamos de ser nosotros mismos? 

Esto es todo demasiado complicado.
Saludos!!!!





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