Inside out (Del revés)

Pixar poster Inside Out


Parece que la nueva película de Pixar sigue en la corriente Disney de historias que nos enseñan valiosas lecciones sobre los sentimientos. Lo vimos en Frozen, y esta vez resulta aún más evidente. La película Inside Out nos cuenta la historia de Riley, una jovencita de once años que se enfrenta a una serie de vivencias. Pero quien nos cuenta la película no es precisamente el ser humano la protagoniza, sino los sentimientos que viven presumiblemente en el sistema límbico de su cerebro (tálamo, hipotálamo).

Rodeados por la memoria a corto y a largo plazo, estos seres: alegría, ira, tristeza, miedo y asco, ayudan a Riley a procesar el mundo exterior, del que forma parte.

Pero, ¿qué ocurre si por un desgraciado accidente, Alegría y Tristeza son expulsados del centro de mando y terminan en las cuasi-infitinas circunvalaciones del cerebro...?

Para averiguarlo, tenéis que ver la película.
Y hasta aquí puedes leer si no la has visto. Porque lo que va a continuación es crítica que "destripa".

SIGUE LEYENDO SÓLO SI HAS VISTO LA PELÍ...


... ESTAS ADVERTIDO....


... ¿SEGURO?


¡VALE, CRÍTICA PERSONAL!

Me ha encantado. El cerebro, la mente, es una herramienta maravillosa. Hay una frase muy sutil, que casi se me pasa por alto:

- "Mira" -dice un personaje señalando unas fichas con símbolos-, "estas opiniones se parecen mucho a estos hechos..."

jajajaj!
La parte del pensamiento abstracto... como el cerebro transforma los conceptos, y lo del "tren del pensamiento", esta genial, ¡no sabes por dónde va a aparecer! Es genial que lo comparen con un tren. Las ideas obsesivas, las respuestas de las emociones de otras mentes (super-divertidos los créditos). 
Cada recuerdo esencial de Riley da lugar a unas islas que configuran su personalidad. Esas islas son su propio mundo y cuando todo empieza a funcionar mal, empiezan a caer... hasta llegar a ese instante que no pensaba yo que una película sería capaz de reflejar: cuando se estropea todo y Riley es incapaz de sentir nada.
Es fabuloso como está contado. Hace que te plantees cosas sobre la identidad. Y si se puede reconstruir todo cuando algo lo destruye. Una película sencilla para niños pero que transmite unas lecciones sobre Humanidad fantásticas. A mí me ha encantado. 

Veréis, me gusta Joy, me gusta Alegría. Pero la tristeza es un coñazo. Dicho así, hablando mal y pronto. Si por mi fuera, ¡pum! desaparecería. Eso y otras muchas cosas más. Supongo que dentro de mi cerebro hay dos personajes (bueno, tres, el miedo también está): el personaje de la Alegría, ira y miedo. La alegría es un personaje voluntarioso y busca solución a todo. Tiene empuje. Sólo que ese personaje -al menos en lo que a mí se refiere- querría meter a todos los demás en cajas. Para que no le molesten. Y al resto del mundo le haría lo mismo: ¡solo felicidad! Y cuando hay tristeza... ¡me enfado! y con la primera con la que me enfado es conmigo misma. (No sabéis hasta que punto)...  Con lo cuál en mi cerebro tenemos alegría, e ira. Y nada más. (jajajaj!)

En la historia, cuando la tristeza ayuda a un personaje variopinto, me acordé de lo que me dijo una amiga hace años. Una amiga que ha estudiado psicología me dijo: "la tristeza nos ayuda a seguir adelante".
¡No! contesté yo, ¡la tristeza es un rollo que no sirve para nada! Para perderte días bonitos, quizá. Te paraliza, es un aburrimiento. ¡Es un desastre! ¡Fuera tristeza!

Pero, tras ver la pelí.... piensas: jobar, igual soy un poco dura conmigo misma.

Aunque a la que suscribe le gustaría que el mundo fuera el paraíso de los alegres, la verdad es que el enfado, la ira, y la tristeza también son necesarias. De eso va la película. Y además es muy graciosa.

Ya lo dicen al principio: "Ira se encarga de que las cosas sean justas...." 
Claro que todo el día enfadados... tampoco se puede estar. 
Supongo que la clave es el equilibrio y elegir bien que "sentimiento" quieres que te guíe. Porque si dejas que te guíe solo la tristeza acabas siendo deprimente y tres cuartos de lo mismo, si te guía sobre todo la ira serás un borde de cuidado, AJAJAJAJA...

No es mi caso.

¡Bueno, como veis, es muy interesante! ¡Muy, muy interesante!

¡De hecho, la pelí está genial! Y, por cierto, el final. ¡Esos recuerdos multicolores! Pasamos del monocromo a recuerdos con diversa gama de colores primarios. Esa es la diferencia entre un personaje de novela infantil y la narrativa de adultos. Justamente esa.
Diréis, ¿qué tiene que ver una bola con la literatura? Pues lo tiene. La literatura juvenil me resulta muy sencilla pero no consigo (o no me atrevo) a escribir de buenos personajes de narrativa de adultos y eso es, nada más y nada menos, porque... ¡¡¡son de muchos colores!!! como los de esta pelí. No son amarillos o rojos, solamente, los personajes adultos son una mezcla. Y eso es muy difícil de construir (especialmente si en el cerebro nos empeñamos en que no exista NADA más que la alegría)....

Investigaré sobre ello.
(pero, ¿sobre el cerebro?, ¿sobre las emociones? ¿o sobre los personajes de la narrativa de adultos?)

¡Ya sé, empiezo investigando sobre el cerebro!
¡Luego releo un libro de mi amiga Olalla García!
¡Y luego escribo a mis amigos escritores para preguntarles consejos!
¡¡YA!!
(... a ver si adivináis qué personaje predomina más en la mente de Nelly...)

Fuente: varias, internet. Pixar Inside Out.


Saludos!!!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La tristeza es una pimpinela y no para de dar el coñazo

Nelly dijo...

Nunca habìa leìdo la palabra pimpinela aplicada a este contexto... De hecho me acabo de dar cuenta de que no sé lo que es una pimpinela ..:)

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