¿Qué esconde esta mirada?

Para todo aquel que conozca a las cobayas seguramente sabrá que son seres inteligentes, sensibles y muy comunicativos. Tienen todo un repertorio de sonidos en función de lo que pidan (Cui-cui-cuuuu-cuuuuu-cuuuuu).
Son animales muy sociables, necesitan vivir -por lo menos- en pareja. Su esperanza de vida son cuatro o cinco años. Hay muchas clases de cobayas.

Yo tengo dos: Lucy y Puka (adoptadas las dos).

La protagonista de la entrada es Puka, que resulta ser poseedora de unas habilidades sorprendentes.

Una vez, delante de unos amigos, dije: "¡Puka!" y ella salió de su casa y dijo: "¿Cuí?"

¡jajajajaja!

- ¡Qué cara de inteligente tiene ese bicho! -señaló uno de ellos.

En otra ocasión, me puse a hacer unos ejercicios de meditación con ella cerca, ¡y se quedó inmóvil! Pensé, ¡¡ay va, una cobaya que medita!! Si yo medito, ella medita también. Es graciosísimo.

Juega al fútbol con un tomate y, si pierdes el interés, ella también lo ignora.

Se come mis libros solo por el placer de ver cómo me cabreo. (Lo he comprobado, si le tocas las narices ella va directa a por las revistas).

Como es punky, mueve el culo de pelo largo pavoneándose por todas partes.

Me recuerda cosas si, por ejemplo, me ve poniéndome unos zapatos. Y si quiere agua, señala el recipiente con su cabeza y luego se acerca y vuelve atrás para señalarlo de nuevo.

En definitiva, ¿no os hace sospechar esta mirada?:




¿Y si en otra vida no fue cobaya sino...?
No sé.
Es sospechosa esta Puka. ^_^ Es una cobaya de alfombra. No le gusta correr por la casa, ella quiere su alfombrita. Pasó sus dos primeros años fingiendo ser una hembra (hasta al veterinario tenía engañado) Y el día que nos juntamos varios dueños de cobayas... claro, ella tan feliz, ¡pasó la tarde con las hembras! (ahí se descubrió)

¿Qué creéis que piensa en esta imagen?
Saludos!!!
Nell. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ocurre que cuando escucho a algún bestia de esos que defiende los festejos taurinos alegando que son animales que han nacido para eso, que no tienen sentimientos, inteligencia, que no sufren, etc... me acuerdo de este tipo de anécdotas y dejo de comprender.

Dejo de comprender los motivos que han llevado al ser humano a convertirse en un animal tan salvaje y despreciable.

A día de hoy yo vivo con dos gatos recogidos de la calle. No puedo estarles más agradecido por la compañía que me ofrecen, y puedo hacerme cargo de la empatía que sientes hacia tus cobayas.

Mi gato cuando se cabrea por algo, me hace cosas parecidas. Me araña el sofá, va a alguna estantería y me tira algún libro al suelo, etc...

Lo que ya no sé, es que haría mi gato con tus pequeñas cobayas... Una prima mía tenía jerbos y gatos, y no llegó a ocurrirle nada a los ratóncillos. Eso sí, no es apto para cardíacos, porque el ataque al corazón que les puede dar cuando vean merodear al felino cerca... jajjaja

Raúl

Nelly dijo...

Una compañera mía de trabajo tiene un gatazo negro enorme, ¡¡y adoptó dos agapornis!! Si ves a los pájaros posados sobre el sofá y el gato detrás mirándolos piensas... "allá van" jajajajajaj
Tiene un vídeo en facebook que yo pensaba: ¡¡¡se los come, que se los come!!!
Pero nada, se han criado con el gato y no hay animosidad entre ellos.
Yo tampoco entiendo lo de los toros. Me parece una salvajada.

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