De paseo por la ciudad!!

^_^
¿Quién iba a decirlo?

Ayer estaba en casa pensando: "Mira que equivocar los planes del fin de semana,..." Porque la semana que viene tengo un encuentro de escritores de juvenil y una quedada de la Feria del Libro, pero "se me fue la pinza", como decimos por aquí, y pensé que era esta semana. Con lo cuál tuve que rellamar a algunos amigos, decirles que me había confundido, etc.
¡Y menos mal...! Menos mal, digo, que por casualidad, me dio por saludar a una amiga y decirle: "¿El domingo te veo, no?" Y ella contestó: "Es la semana que viene"

((Ay va))

Con tal despiste, pensé (ayer, mientras rumiaba mi disgusto), creí que éste iba a ser un domingo aburrido. Pero me equivoqué (¡fue una tarde inesperadamente divertida, con gente de muchos países!). Por la mañana visité el Rastro, un mercadillo gigante lleno de cosas extrañas.

Fotos del Rastro, by Nelly
(todas las fotos de la entrada las he hecho yo)

El Rastro está lleno de "chipichangas", de trastos, de cosas que no te esperas. Es como si vuestro abuelo sacara todos los trastos de la buhardilla y los pusiera a vender:


¿Os imagináis lanzar una de esas llaves por la ventana...? El que esté debajo tendría un buen chichón si le dan en la cabeza.

Dicen que "De Madrid al Cielo", por los cielos que tiene ésta época del año la ciudad.



Fijaros qué cielo. Ese color turquesa tan brillante solo se ve en esta época, que tiende a ser también la época de las tormentas. Vas paseando por la ciudad, de repente suenan dos truenos y cae un diluvio que provoca risa. Risa porque no da tiempo a refugiarse, para cuando llegas a un soportal ya tienes empapados hasta los calcetines y brilla de nuevo el sol así que, ¿para qué correr? Ves a todos "¡uy que me mojo!" "¡que me mojo...!" y a dos o tres madrileños acostumbrados que tras intercambiar una mirada cómplice nos reímos. 

Llueve tan poco en esta ciudad que cuando lo hace es una bendición.

Pero estábamos en el Rastro, un mercadillo con tiendas extrañas, como esta cuya foto sigue a continuación, que me recuerda muchísimo la habitación de Howl, en El castillo Ambulante:





¿A que se parecen?

Yo en estas tiendas me pierdo. No porque compre nada, sino porque me pierdo en ellas, curioseando. Mirando, simplemente. Una vez llegué tarde a una cita y dije: "siento llegar tarde!" y me contestaron con una sonrisa: "¿Encontraste algún bazar en el camino?". 

(¡anda, como me conocen!) pensé.

Sí, me había entretenido en un bazar... es normal, entras en esas tiendas ¡y no sabes lo que hay! Cofres, baúles, velas, muebles, alfombras, ropa, anillos, colgantes, estropajos, pinzas, rotuladores, marcos, lienzos... ¿cómo no entrar?

Y hablando de cofres, en el Rastro encontré la genuina Caja de Pandora.




Si llego a saber que estaba ahí mientras escribía el libro...

Y es que en el Rastro se puede encontrar casi de todo. Diminutos soldados de plomo, ropa, gangas de todo tipo y hasta, ¡una escuela de circo!:


Y lámparas maravillosas cuando les da el sol:



Y tú, ¿qué deseo le pedirías? Quién sabe, lo mismo es mágica...

A mí se me ocurre: ¡¡que tengamos todos una feliz semana!!
Saludos!!
Nell. 

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