El sueño de las tres maletas.


Antes de arreglar, corregir y dibujar un zorro para la entrada previa ^_^ je jeje, y aunque no me gusta escribir más de una vez al día, creo que merece la pena narrar lo que soñé anoche. 

creative commons pixbay clic
Estaba en una ciudad en fiestas. Con gente que ... era mi familia, sin serlo. Es decir, imaginaros que tenéis alrededor personas muy conocidas y que en verdad no conocéis. ¿A que no tiene sentido? Los sueños son así. Aquellas personas eran mi familia, y la ciudad estaba en fiestas. Era una celebración. Y entonces llegó un perro corriendo. Estábamos en un parque. Y aquí viene lo raro... el perro era un robot. 

- Ya está arreglado -me dijo alguien-, funciona perfectamente.

Debía de haberme vuelto loca. Miré al animal, y miré otro perro que había al lado.

- ¿Eso es un robot? -pregunté.

- Sí, pero ya funciona bien -me contesto... alguien. 

En serio, sé que la idea de robots androides y todo eso está muy visto en la ciencia ficción. Pero os aseguro que aquello era un perro corriente y moliente. Un perro. Como los que hay en los parques. ¡No podía ser un robot! ¡Es demasiado real para serlo!, pensé.

Me acerqué con cuidado. Detrás había otro perro que sí era natural. No había forma de sentir la diferencia entre ambos. 

- Es increíble -dije. 

Y pensé: así que han juntado todas las ventajas del perro, su fidelidad, su ayuda a los humanos... pero lo han hecho artificial para que, por ejemplo, no tenga inconvenientes en salir cuando le venga mejor al amo, o programar donde hace pis. ¡A lo mejor ni siquiera hacía pis! Menudo invento

- Es una mascota de mentiras -dije.

El perro me miró, me asusté mucho

- ¿No es peligroso? 

De pronto sentí pánico. 

- ¿Por qué iba a serlo? -me preguntó quien quiera que estuviera conmigo. Era una chica joven. Morena, de pelo largo (por la cintura) y rizado, delgada. Más que rizado, ondulado. Tenía los ojos oscuros. En el sueño la conocía pero os aseguro que no la he visto nunca.

- ¡No tengas miedo! ¡Si te comportas así te atacará!

Lo que yo te digo. El animal estaba super-raro conmigo. Y además era un robot. ¡Menudo susto! me aparté y me gruñó. ¿A quién se le ocurre hacer un ciborg-perro? ¡Por favor! Me entró pánico y... entonces pasó algo raro. Di unos pasos en la carretera (es posible que falte parte del sueño...) y el suelo se hundió bajo mis pies. ¡PUM! eran unos adoquines sueltos o algo así, en verdad era una carretera pero caí y cayeron piedras conmigo. ¡Todo el suelo cedió! ¡Jo, si me asusté entonces!

El problema vino a continuación. Al caer... me dio por contar los segundos. Pensé "prepara el golpe", y conté... uno, dos... tres.... ¡oh, no, cuatro!

¿Qué ocurre? me preguntó mi pensamiento.

"Voy a morir" contesté, "oh, no he calculado bien... ¡¡voy a morirme!!!" Y ahogué una exclamación. No os podéis imaginar lo que sentí en ese momento porque... bueno, no es una cosa en la que la gente piense a diario. Más bien no lo pensamos nunca. Por fortuna. Mejor no pensarlo jamás. 

Alguno dirá, ¡pues vaya birria de sueño!. Un poco sí. La ingravidez... tanto tiempo... a ver... es lógico, ¿no?

¿Y por qué vas a morir? me preguntó de nuevo mi pensamiento.

¡Nadie cae cuatro segundos y lo cuenta! me contesté a mi misma. Uno, dos segundos de caída... vale. Pero cuatro... ¡¡¡voy a morirme!!!

No podía controlar el dejar de caer pero sí podía controlar la dirección. Así que pensé que quizá si conseguía acercarme a alguna pared podría quizá, puede, rebotar y hacerme menos daño. Pensé eso y me moví tal como estaba pero a la izquierda. Me di con una pared de ladrillos. Pensé que al darme contra el suelo ya no lo contaría. Pero aquí vino lo raro....

..... no me hice nada de daño. 

Nada. Ni el más leve rasguño. Me levanté y pensé: ¿dónde puñetas estoy?

Era un edificio enorme, inmenso, diáfano pero bajo tierra. Y era de ladrillo. Es imposible imaginar algo tan real. No esta bien soñar cosas tan reales (¡protesto!). Aunque tampoco esta bien que se vaya la luz cuando me siento bloqueada o que se caigan... ¡¡jod** se acaba de ir la luz!!! BUENO, YA VALE, NO???.

(INCISO DE PÁNICO, esto no tiene ni pizca de gracia, creo en la ciencia,....))))

uff. Puñetera bombilla de las narices. Ahora le da por apagarse sola. 
Volvamos al sueño.
Había un canal con agua que discurría por dentro. Un edificio tan peculiar tiene necesariamente que servir para algo. Digamos que es una especie de .... construcción extraña en ladrillo con refuerzos que van del suelo al techo pero sin ninguna columna. Y al fondo había una pared, pero antes de la pared, había un salto. Como si el suelo estuviera a dos niveles. 

- ¡¡Eeeeh, estoy aquí!! -grité hacia el techo, hacia el agujero. 

Me oyeron y me contestaron. Pero pensé que igual estaba atrapada.

"Piensa, piensa" me dije. "Piensa" Tiene que haber una salida.
Al fondo, hacia donde iba el agua, se veía la luz. Quizá por allí.

Y aquí viene lo extraño. Hay una compañera de trabajo que apenas conozco. Lo último que me dijo fue: "Nelly, ¿tu coche es ese azul que hay fuera?" yo le contesté: "sí" y ella me dijo (ella es muy jovial): "aparco delante, no te preocupes que salgo antes que tú. Lo he bloqueado". Bien, no salió antes que yo, pero me hicieron gracia dos cosas: una, no sé su nombre (menos mal que no me lee, porque ella sí sabe el mío) y dos: ¿se puede saber por qué sueño con una chica con la que apenas hablo?.

En el sueño ella entró por aquella salida del edificio raro y me dijo algo. Pero sólo hablaba inglés. 

- Creo que me he olvidado del inglés -le dije.

Le pregunté algo. Y me contestó: "es por aquí".

Cierto, si saltabas al nivel inferior, siguiendo el agua... llegabas a las calles de la ciudad, pero antes... antes de salir... vi tres maletas.

¿¿¿???

Tres maletas, perfectas, limpias, ordenadas. Tres maletas en el interior de un edificio en una sociedad que crea perros que son robots. Tres maletas debajo de un recoveco de la pared, no sé, de uno de esos contrafuertes. ¿Quién deja ahí tres maletas?

- Espera... -le dije a mi compañera de curro.

- ¡Vamos es por aquí! -me tiraba de la mano y volvimos a la luz y las calles.

- Allí había tres maletas.

Sentí la apremiante necesidad de volver sobre mis pasos pero me desperté. 
Y ahora me quedo sin saber lo que tienen las maletas. 
¿Quién dejaría tres maletas en un sitio al que sólo llegas si el suelo se hunde bajo tus pies? No tiene gracia, ¿qué loco viviría ahí abajo?

(se ha vuelto a apagar la bombilla)

La madre que pari*** a la bombilla de marras.
¡¡¡Esta bien, escribo a oscuras!!!  
pfffffffff.
Nelly.

posdata: Llevo cinco minutos delante del ordenador diciéndome a mi misma que lo de las puertas y demás estupideces que a veces os cuento, son casualidades. Es casual que se cayera el mismo cuadro dos veces en momentos... delicados. Es casual que se rompiera un vaso en la entrevista del detective (cuando estaba hiper nerviosa). Es casual que esta mañana se fuera la luz fuera (eso sí que fue casual), y es casual que mi bombilla del estudio se haya apagado ahora. Es casual que las puertas de la oficina se bloquearan y... quizá, también, que se desconectara mi ordenador de toda la red de trabajo, cosa que mereció una mirada... rara, del técnico de informática. (Hay que reconocer que cuando me enfado la máquina deja de funcionar)
Lo que no comprendo es cómo hace diez minutos el ordenador estaba sin batería... y se ha empezado a cargar él solo. 

Así que... mmmmmmm. No está enchufado... y la barra de batería sube. La luz del estudio funciona otra vez.
¿llamo a los cazafantasmas? jajajaja, ¡¡¡lo siento, es que... de verdad!!.
Mejor lo apago. Ciau!

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

 

 

Creative Commons License
contador de visitas para blogger por paises