Vuelve House.

No es que me guste mucho una serie de médicos caracterizada por inverosímiles formas de tortura a los pacientes, en la que parece que es imposible resolver un caso sin gritar antes:
"- ¡Necesita una punción lumbar!"
Pero, como oí decir una vez a un guionista: "estas series funcionan porque el personaje sufre más que tú". Y según este señor, que desveló al público el secreto del éxito de los culebrones, a todos nos gusta ver las miserias de los demás.
Qué poético, ¿verdad?
Pero tiene razón, a mí House me desestresa. Es tan imbécil... que me encanta. No sé si quiero salvarlo o es simplemente admiración.
Aunque a veces se pasa de listo.
Wilson es mi otro personaje favorito. Y Cameron. Es la única que me parece normal.
Hace algún tiempo, un guionista de Hospital Central nos contaba que la gente se enganchaba a su serie y cuando alguien tenía una enfermendad que aparecía en plató, rápidamente lo asociaban.
- ¡Ey, ese tipo de faringitis sale en Hospital Central!
- ¿Sí? -respondía la otra persona-, ¿y... que ocurría?
- Te divorcias.
jajajajaja...
Vamos, que el trasfondo médico era una excusa.
Yo no sé, pero desde que House curó una especie rara de sarampión, empecé a preguntarme qué pensaría un médico de esa serie. De verdad, es como los CSIs, una vez salió uno hablando en televisión y dijo:
- Trabajo en un laboratorio con una bata, ¿puede alguien explicarme porqué Horatio de pronto saca la pistola y echa a correr tras el maleante como si fuera el sheriff del pueblo?

Pues sí, es lo que tiene la ficción.
¿No mola como el autor lo trastoca todo a su antojo para darnos ese toque de romanticismo?
Besos,
Nell.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Cuanto daño ha hecho CSI a mi trabajo, muchos se creen que lo que sale es verdad...

La verdad es que House vi todos los capítulos en las primeras temporadas, luego ya empezó a desvariar demasiado y deje de verlo. Aún así he visto alguno suelo porque no deja de caerme bien ese hombre con bastón.

De todos modos las series son lo que son, intentan darle un tono realista pero muchas veces no caen en los detalles mas tontos.

Un Saludo

Nelly dijo...

Arturo, tengo que confesar que cuando empezaste a hablarme de detectives y... demás, yo también pensé un poco que eras una especie de CSI, jajajajja, en serio.
De tu trabajo, es la parte más bonita.
La que no comprendo es como te enfrentas a "los malos".
:)

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