Hago más tareas asombrándome de mi rapidez. Soy consciente de lo afortunada que soy por tener un trabajo que puedo dominar. Cuando "algo" interior me avisa, hago una pausa. Bajo a la cafetería, cojo un portátil para hacer escuchas, hablo con un compañero.

En la cafetería me topo con otro compi, que es aficcionado a los pájaros.

Se disculpa un momento tras pedir el café. Yo le digo: "¡No fumes, que es malo!" y él me dice: ya Nelly, ya...  Se va mientras yo pienso en que tenemos algo en común. Los pájaros. Y de repente me viene la feliz idea de: invítale al café.

Es un gesto pequeño pero de impacto grande. Sin embargo, no me atrevo. Pago mi café y de nuevo esa cosa interior, me sugiere, "venga". Y le digo a la camarera: "cóbrame el otro también".

Salgo de la cafetería pensando: "ten fe en que no lo van a cobrar dos vece,s jajajajaj. Confía un poco en la humanidad".

Llego al ascensor, al llamar, justo sale una compañera. Creo que damos un brinco ambas, pero lleva un colgante de corazón. Ella me habla, yo le hablo ("voy a perder el ascensor") pero me digo: "Da igual, deséale buen lunes que es más importante".

Pierdo el ascensor por los pelos. Le doy al botón y se vuelve loco.

Pita. ¿Desde cuando pita así el ascensor? Le doy más veces al botón. "Si esto fuera como Plan Oculto, no sería una casualidad sino que sería por...."

-¡Nelly! ¡Nelly espera!

Es el compañero al que invité a café.

-¡Nelly, muchísimas gracias! ¡Jobar, me has alegrado el día!

Me pongo roja. "Eeeh.. que casualidad perder el ascensor jajajaj!"

-Te iba a escribir para darte las gracias...

Si no es nada.

Me siento, sigo trabajando, super-concentrada. Estoy hiper-mega concentrada. Pero lo raro no es eso, lo raro es que estoy viendo a ver si hago caso a esas indicaciones interiores. Y voy: "gestión, gestión, gestión..."
Y de repente, noto claramente: esta tiene ficha.

"¿Cómo lo sabes?" me pregunto.

Abro la gestión (en la intranet). No puedo creerlo, tiene ficha.
Madre mía, ¡¿pero qué pasa aquí?!

Centrada en esa cosa interior, viene alguien a preguntarme algo.

-Dame un momento -indico-, que termino esto.

Lo termino, lo pongo bonito, lo releo.
"Joer, soy la releche"
y esa cosa interior, me señala: díselo.

Miro a la compañera que está esperando, y esto es nuevo. Esto es una enseñanza de humanidad. Le digo:

-Madre mía, que eficiente soy. Estoy hoy que me salgo. Qué barbaridad.

Y la compañera estalla en risas. Es genial verla reír. Se pone roja y todo.

-No me puedo creer lo increíblemente maravillosa que soy -añado de manera teatral. 

-¡Nelly, jjajajaja! qué graciosa eres, qué divertida, mi niña....

Y la enseñanza es: si haces caso a esa cosa interna... todo va mucho mejor.




^_^
Ale, a trabajar.
Y luego medito.