Grandes personajes de mis lecturas...
Como estoy un poco deprimida hoy (*) voy a hablar de los personajes que más me han impactado de los libros que he leído (qué han sido muchos).
(* = no es depresión, es otro sentimiento..)
A veces los pesonajes son mejor compañía que las personas.
Así que vamos a hablar de libros. Concretamente, de personajes de libros. Esos que nos atrapan con sus historias y con sus vidas y que no hacen daño nunca:
Richard (Las Horas) Maichel Cunnigham: Me encanta este personaje. Principalmente por dos diálogos del autor. Primero, la escena de: "él hacía que todo lo demás pareciera trivial". No lo dice así pero comprendí muy rápido a qué se refería el autor. ¿Nunca os ha pasado que una persona hace que todo lo que hay a su alrededor parezca importante y trascendente y el resto del Universo es meramente... cotidiano?
Por eso entiendo lo que siente la protagonista por él. Y en cuanto a él, en un momento dado de la novela dice: "He fracasado: quería escribir, quería atrapar la esencia misma de la realidad... y no lo he conseguido". Ahí al que entiendo intensamente es a él, y le compadezco. Es uno de mis personajes favoritos de la literatura. En esa escena tengo mucha empatía con lo que dice. Como escritora.
El malo de Las Sombras de la Catedral (clic al libro) : Cuando dice "Por mí puedes vivir cien años!". Ejemplo de la frialdad personificada (ojalá tuviera ese libro hoy). Caballero muy muy bueno que al ver los horrores del mundo se convierte en algo muy muy muy... muy... ¿qué palabra busco? De todos modos no quiero fastidiaros el libro. Me gusta como lo desvelan al final. El malo no es malo.. es que era demasiado bueno al principio. Lo que me gusta es como evoluciona el personaje. Es un mero secundario pero lo de "por mí puedes vivir cien años..." Esa escena me impactó. La chica gritando y quejándose y lo de siempre y él va, se gira y le dice: "por mi puedes vivir cien años". ¡Ay, menuda cara se le debió quedar a la otra! A ver, no esperéis una novela de premio Pulitzer. A mí me la recomendaron porque me dijeron que se parecía mucho a mi estilo. Yo la leí y pensé: "joer, pues si este es mi estilo estoy orgullosa de mí misma". Siento algo raro por ese malo. No se porqué.. me gusta. Supongo que quiero salvarlo. No lo sé, pero mira que es el malo y me gusta.
Voy a obviar al Andy de Stephen King (Cadena Perpetua), porque en verdad no es Andy sino la descripción de Andy lo que me fascina ( y esa la hace Red): "Caminaba por el patio de la cárcel como si fuera un hombre libre que estuviera dando un paseo por el parque"...
Obviaré también a Holden y su "a estas alturas ya nos odiábamos cordialmente", porque de El Guardián no es que me guste especialmente el personaje... es que esa novela la leo cuando estoy muy disgustada. Y me consuela.
De Roald Dalh no son tanto los personajes como el hecho de que de niña me hiciera darle dos vueltas a la página pensando: ¿se lo ha cargado de verdad?
Creo que lo siguiente que pensé fue: ¿se puede hacer eso? ¿¿?? Con siete u ocho años y ese autor acababa de "mover" algo dentro de mi mente. Como si de pronto fuera contra toda norma establecida.
La literatura infantil tiene un reverso tenebroso que no os imagináis. El muy pícaro me desconcertó a través de un libro. Eso no se hace.
Si estuviera aún más melancólica podría hablar quizá del señor Faulques de Reverte. Por aquello de "Creía que venía a matar a un hombre vivo..." ja ja ja ja.
Si no conociera a Reverte... me habría impactado más, pero es que él es de esos golpes de efecto.
Lo mismo diría del Tuareg que tras hacerme vivir dos meses en el desierto sin agua... acaba demostrándome lo absurda que es la obcecación humana. (si no fuera porque instantes antes de leer la última página pensé: "qué absurdo, está tan ciego que le da igual a quien matar, se ha perdido. ¿Y si matara a otra persona?"
Tuve ocasión de hablar con Vázquez Figueroa sobre ese final, maravilloso, y me dijo que había recibido una carta de un lector que decía: "tal cual acabé el libro lo lancé por la ventana del hotel"
JAJAJAJAJAJAJ!
QUÉ OBRA MAESTRA! (pensé yo) ....
Eso pensé, pero no se lo dije. JAJAJAJAJA! No me digáis... es un genio.
¿Ves? Esos libros te hacen pensar.
Lo grande de la literatura y de la vida es que todo, absolutamente todo lo que sientes lo puedes volcar en un personaje, en una historia, en un capítulo. No tienes más que notar lo que sientes (sin palabras, solo sentirlo) y dejarlo luego dentro de una historia. No siempre logras transmitirlo todo pero el que es buen escritor logra que lo sientas o al menos que lo comprendas.
Otras veces sorprende porque la historia al ser leída por otros, cambia.
En un Taller de Ciervo Blanco yo leí un cuento que reflejaba muy bien lo que sentía en el momento (pero no porque yo fuera precisamente la parte envidiosa del relato, sino porque quería hablar de la envidia en general). Era una crítica.
Y se echaron todos a reír.
¿¿??
Que era graciosísimo, que era muy bueno, que estaba genial... se reían. Lo votaron como cuento ganador. Decían que era el que en menos espacio "contaba mejor una historia resuelta". Que era un cuento en toda regla.
¿Os reís? ¡Pero si es un drama! -pensaba yo.
Me sorprendió mucho, había transmitido lo que quería transmitir pero por lo visto hacía reír a la gente. Y el mensaje llegaba igual.
Bueno... me dije llegando a casa, eso es algo bueno.
Y otra cosa que tiene el escribir (aunque esto comenzó hablando de leer...) es que te llevas unos sustos tremendos cuando estás concentrada en tu novela y suena el teléfono o alguien te llama... das un bote que podrías llegar al techo. Si alguien que me lee escribe, seguro que sabe de lo que hablo. Te metes tanto en la historia que las horas pasan en segundos y cuando alguien se te acerca o te dice algo, aunque sea en un tono suave, ¡te llevas un susto!
Eso, me dijo un amigo autor, es porque estas escribiendo bien.
Y me callo ya, ^_^
Que he quedado.
Ciau!!!
Voy a obviar al Andy de Stephen King (Cadena Perpetua), porque en verdad no es Andy sino la descripción de Andy lo que me fascina ( y esa la hace Red): "Caminaba por el patio de la cárcel como si fuera un hombre libre que estuviera dando un paseo por el parque"...
Obviaré también a Holden y su "a estas alturas ya nos odiábamos cordialmente", porque de El Guardián no es que me guste especialmente el personaje... es que esa novela la leo cuando estoy muy disgustada. Y me consuela.
De Roald Dalh no son tanto los personajes como el hecho de que de niña me hiciera darle dos vueltas a la página pensando: ¿se lo ha cargado de verdad?
Creo que lo siguiente que pensé fue: ¿se puede hacer eso? ¿¿?? Con siete u ocho años y ese autor acababa de "mover" algo dentro de mi mente. Como si de pronto fuera contra toda norma establecida.
La literatura infantil tiene un reverso tenebroso que no os imagináis. El muy pícaro me desconcertó a través de un libro. Eso no se hace.
Si estuviera aún más melancólica podría hablar quizá del señor Faulques de Reverte. Por aquello de "Creía que venía a matar a un hombre vivo..." ja ja ja ja.
Si no conociera a Reverte... me habría impactado más, pero es que él es de esos golpes de efecto.
Lo mismo diría del Tuareg que tras hacerme vivir dos meses en el desierto sin agua... acaba demostrándome lo absurda que es la obcecación humana. (si no fuera porque instantes antes de leer la última página pensé: "qué absurdo, está tan ciego que le da igual a quien matar, se ha perdido. ¿Y si matara a otra persona?"
Tuve ocasión de hablar con Vázquez Figueroa sobre ese final, maravilloso, y me dijo que había recibido una carta de un lector que decía: "tal cual acabé el libro lo lancé por la ventana del hotel"
JAJAJAJAJAJAJ!
QUÉ OBRA MAESTRA! (pensé yo) ....
Eso pensé, pero no se lo dije. JAJAJAJAJA! No me digáis... es un genio.
¿Ves? Esos libros te hacen pensar.
Lo grande de la literatura y de la vida es que todo, absolutamente todo lo que sientes lo puedes volcar en un personaje, en una historia, en un capítulo. No tienes más que notar lo que sientes (sin palabras, solo sentirlo) y dejarlo luego dentro de una historia. No siempre logras transmitirlo todo pero el que es buen escritor logra que lo sientas o al menos que lo comprendas.
Otras veces sorprende porque la historia al ser leída por otros, cambia.
En un Taller de Ciervo Blanco yo leí un cuento que reflejaba muy bien lo que sentía en el momento (pero no porque yo fuera precisamente la parte envidiosa del relato, sino porque quería hablar de la envidia en general). Era una crítica.
Y se echaron todos a reír.
¿¿??
Que era graciosísimo, que era muy bueno, que estaba genial... se reían. Lo votaron como cuento ganador. Decían que era el que en menos espacio "contaba mejor una historia resuelta". Que era un cuento en toda regla.
¿Os reís? ¡Pero si es un drama! -pensaba yo.
Me sorprendió mucho, había transmitido lo que quería transmitir pero por lo visto hacía reír a la gente. Y el mensaje llegaba igual.
Bueno... me dije llegando a casa, eso es algo bueno.
Y otra cosa que tiene el escribir (aunque esto comenzó hablando de leer...) es que te llevas unos sustos tremendos cuando estás concentrada en tu novela y suena el teléfono o alguien te llama... das un bote que podrías llegar al techo. Si alguien que me lee escribe, seguro que sabe de lo que hablo. Te metes tanto en la historia que las horas pasan en segundos y cuando alguien se te acerca o te dice algo, aunque sea en un tono suave, ¡te llevas un susto!
Eso, me dijo un amigo autor, es porque estas escribiendo bien.
Y me callo ya, ^_^
Que he quedado.
Ciau!!!
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4 comentarios:
Yo ando flojo de fuerzas ahora, creo que voy a caer roto por momentos.
Tras leer a tus personajes favoritos, no puedo dormir sin reclamarte uno que te falta... vive Dios que es digno de mención.
No queda sino batirse.
D.A.T.
jajajaj!
¿Cómo sabes que ese también me encanta?
Bueno, permíteme dos preguntas:
- ¿Cómo te llamas?
- ¿Cuánto años tienes?
Yo creo que te llamas David y tienes (espera, que uso mis poderes) ....
jopetas.
No me dicen qué edad tienes pero el teclado se ha vuelto loco y ha saltado tres renglones.
Quizá debería tener una charla con mi yo interior sobre la funcionalidad de los poderes...
O puedo pasar un antivirus.
jajajaj
Saludos!!!
A estas alturas de la película pensé que ya te habrías dado cuenta de quien soy, pero debe ser que la pista no era del todo contundente.
Me llamo Diego, Diego Alatriste y Tenorio, soldado de los Tercios Viejos de Cartagena. La edad que tengo a día de hoy es de 433 años, y durante años arriesgamos nuestras vidas por un Rey, por un País.
El resto de la historia ya lo conoces, así que huelgan los detalles.
A ver si mañana con un poco de suerte, echamos a la gentuza que lleva años tratando de arruinar lo que fuimos, y volvemos a recuperar un poco la esencia de lo que un día llegamos a ser.
No queda sino batirse.
Vamos a ver... (jajajaj!)
jajajaj!
^_^ Déjalo, tu respuesta me ha hecho reír y no soy capaz de darte réplica. Seas quien seas, gracias por animarme esta tarde de sábado ^_^ Además, ¡puñetas! me has dado ganas de leer, voy a ver si encuentro el primero de Alatriste, que me gustó mucho.
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