En primer lugar: Crecimiento personal.  Estoy decidida a aprender algunas cosas y... superar otras, que tienen que ver, resulta, con la ansiedad. Lo cuál ha sido el descubrimiento de mi último año... Así que deseo eso: crecimiento personal. Para lo cuál podría decir que mi situación actual es ¿una ventaja? Bueno, es como si le tienes miedo a los dragones y la casualidad hace que tu vecino sea un dragón... podría salir corriendo pero como este dragón me persigue a todas partes... no me queda otra que mirarlo a la cara y decir: ¡eres mi propósito del 2015!

(ruge... jajajajajaj)

Propósito dos: Superar el estrés del plan de incentivos. Tengo que encontrar la manera de que no me afecte tanto lo que hago. Veréis, adoro los objetivos. Una cifra, un número, una cuantificación de valor. Y eso está muy bien... si no te arrastra. La gente me dice cosas, y siempre se oye la palabra priorizar que no sé qué puñetas significa asociada a este concepto. "Tú vales más", "aprende a convivir con los datos", "no mires ni los datos", "bah, qué más da"... en fin, he escuchado las opiniones de todos. Pero como bien decía ayer una de mis guías en este mundo humano tan difícil, con un enfado que no veas (jajaja) (ya le vale, se pasó tres pueblos) : ¿y Nelly qué opina? Porque Nelly se pasa el día hablando de lo  "que opinan los demás". 

¡Y yo que sé que opino! ¡Nada! Yo me dedico a narrar lo que veo. Pero ciertamente, superar el estres del plan es otro de mis objetivos, porque me afecta muchísimo a mi día a día.  Muchísimo. Y eso no puede seguir así. Ayer esta persona me llamó "reactiva". Ja jajajajaj esa palabra la usa mi empresa en otra cosa. En fin. Ese es el segundo propósito.

Si veis no digo: "¡libros!" porque en febrero saco otro y mi carrera de escritora siento que ya está... no sé, esta ahí. Tampoco digo "dejar de fumar", porque no fumo. Ni digo "ir al gim", porque me meto unas palizas en el gimnasio que.... nada de eso es necesario. 

Y ahora, ¿cómo voy a lograr mis dos objetivos? ((¡uy, mecachís!)) digo... mis dos propósitos. Pues... veamos, lo voy a lograr meditando. ^_^ Sí. Con meditación. 

Tengo un amigo que dice: "te pasas el día meditando". ¡Qué va! Medito diez minutos (como los guerreros de la tele, esos que antes de enfrentarse al malo se ponen a meditar) Y a menudo me parece que esos diez minutos son los únicos que vivo al día. Así que hoy como llevo tiempo sin ponerme con ello pues lo mismo me pongo una hora. 

No quiero sonar poco científica ni... dejarme llevar por el entusiasmo de algo que está tan de moda, pero en serio, desde mi perspectiva: la meditación es algo maravilloso. Hay un silencio mental, una armonía... es lo más parecido a "estar vivo". Eso que se siente solo en verano o cuando somos muy felices, je je je. Os lo recomiendo. Probad a ponerlo en vuestra lista de propósitos de nuevo año, ¡igual os sorprende lo que sentís!