Coso

 Hoy vamos a hablar de un gran misterio.

Una de las primeras conversaciones que recuerdo con mi "yo interior", llamado Coso (de existencia cuestionable, si me preguntáis, ya que realmente supongo que no existe) fue siendo muy niña. Muy, muy niña.

Debéis saber que este Coso no usa palabras cuando habla conmigo. Y diréis, "¿Nelly, cómo lo entiendes?" Ni idea. Os lo sé traducir. Es realmente raro que use palabras, salvo situaciones necesarias. Hasta aquí, podríamos pensar: "Ah, Nelly, pues me alegro, porque la gente que oye voces normalmente está loca". No, no se trata de eso. Yo os voy a hablar de él y cada cuál que saque las conclusiones que quiera. Empecemos por cosas relativamente cercanas.

Subiendo la cuesta de mi garaje, sin visibilidad ninguna, una mañana en nada diferente a cualquier otra, de repente se activó:

"Cuidado con el coche blanco."

Cuando surge tan inequívoco y tan innegable, tiendo a llevarle la contraria. "¿Coche blanco? ¡Qué coche blanco! ¡Estoy en la planta menos uno! ¡Y nunca pasa nadie por esa calle! ¿Qué coche blanco ni qué...?"

Era estadísticamente improbable, sin embargo, al subir la cuesta que da a la calle en lugar de acelerar, lo hice con un poco de cuidado y tuve el tiempo justo de frenar mientras un coche blanco cruzaba por delante de mis narices a toda pastilla. El coche, claro, no pensaba que fuera a salir un vehículo, ya que es una cuesta que no se ve, procedente de un garaje. Y, de hecho, esa salida está prohibida (porque no se ve nada). En realidad yo estoy saliendo por una "entrada". Pero como la calle casi siempre está desierta, pues no tuve percances. De haber salido yo normalmente, nos habríamos dado.

Ante eso, ¿qué pensáis? ¿Magia? ¿"Coso" existe?

Otra de las veces que se activó fue hace ya unos años, cuando estaba a punto de salir de casa.

((Llévate el paraguas.))

Mire el cielo. Era un día espectacular de cielo azul, de radiante verano. Y pensé: "¿Qué? ¿Paraguas?" Si sales a la calle con paraguas en un día así, te toman por loca. No había ni una sola nube. Sin embargo, Coso no jugaba al escondite en ese momento. Era claro. Era seguro. Así que decidí llevarme el paraguas. Hizo un día rabioso de sol hasta que volví con el coche al garaje. De hecho, tras aparcar, pensé "te has equivocado, era lógico pensar que no iba a llover y de hecho, no ha llovido". Al salir, ese cielo azul que se había ido salpicado de nubes claras se oscureció en un abrir y cerrar de ojos,... y cayó un aguacero....

La gente iba en manga corta. Se oyeron gritos, prisas y gente huyendo de la tremenda tromba de agua que se desató. Incluso en algunos sitios se veía el cielo todavía azul... duró cosa de diez minutos...

-¡Jajajajajajaja!

A la puerta del garaje abrí el paraguas. Del garaje a mi casa hay diez minutos... cuando llegué al portal ya había dejado de llover. La gente estaba empapada y yo no paraba de reír.

"Dichoso Coso".

Nadie, repito, nadie habría salid con paraguas de casa ese día.

Podríais preguntar: "¿te pasas el día hablando con Coso? Yo os respondería... no. O mejor expresado, quizá yo sí le hablo, pero él desde luego, no. Coso puede no decir nada durante semanas. De hecho puede desaparecer. De hecho, os diré que ...¿no existe?

La primera conversación que recuerdo con él se remonta a cuando yo era muy pequeña. Algo dijo Coso y yo le contesté:

-Pero..., si eso es verdad, entonces un día mamá y papá...

Y Coso contestó:

"Sí".

Y aquella horrible verdad me cambió la cara.

Acababa de enterarme del concepto de "la muerte". 

Y fue con Coso. No me gustó su explicación. No me gustó nada la idea de "un final". Y todavía estoy enfadada con él. De lo que podríamos deducir que... "¿Cóso sí existe?".

Nunca sabré si existe o no existe.

Hoy iba conduciendo en caravana, por la 607, con lluvia. Muchos vehículos entre un gran aguacero, pero íbamos a 70 por hora. Pensé que sin riesgo, porque era una caravana de lo más predecible. Antes de llegar a una cuesta, volví a sentirlo:

((-Atenta, ahora, cuidado. Frena))

¿Cuidado con qué? Miré la carretera pensando: "no hay nada ahí" y de repente un coche sale del carril izquierdo y cruza dos, y uno sale del derecho sin advertir a ese coche y casi se dan. Frenazos y susto.

Entonces podríamos pensar: "Ah, pues Coso existe". Y, además, tiene buena intención. 

Una vez hace muchos años, ese compañero budista al que tanto admiraba, me miró y me dijo:

-Sé quién eres en realidad.

La frase, seguramente, os parezca absurda. Yo escuché la frase y sí, muy bien, es una frase hecha de palabras. Pero noté que no sólo le miraba yo, el que se sintió visto ahí fue Coso.

Y aquí sí que tenemos que diferenciar.

(También os digo que es mentira, que él no sabe desde luego que yo tengo estos sentimientos). Si a mi me preguntas "quién eres" yo puedo decirte muchas cosas. Me llamo así, tengo esta edad, me dedico a esto... podría darte un montón de frases con información.

Pero Coso no "es", al sentido humano de la palabra. Si tiene nombre, a mí jamás me lo ha dicho. Es "chico", eso sí os lo puedo decir, no es un "elemento de naturaleza femenina". O quizá no tiene género. No es "de nadie" (no creo que cada ser humano tenga un Coso con el que hablar) y sin embargo creo que es Universal. Creo que está en el árbol que ves por tu ventana y en el aire, y en mi vecino y en mi jefa, y en todas partes a la vez. No es ni tuyo, ni mío.

Así que, cuando él dijo: "Sé quién eres en realidad" y... creédme, sentí que no me lo decía a mí, de verdad pensé que mi compañero de trabajo sabe o sabía quién o qué es Coso.

Con los años, he visto que no, que todo fue una confusión.

Si no lo sé yo, y de hecho ni existe, ¿cómo va a saberlo otro?

A veces, juego con él.

Por ejemplo, cuando fui a un Meet Up de meditación y el guía (que estaba un poco loco, es de esos de los extraterrestres me han abducido y sólo yo sé la verdad), nos propuso jugar a mirar en el otro.

-Mira al que tienes al lado y prueba a mirar en su interior...

Para jugar con Coso tienes que tener la mente en un estado muy determinado. De niña lo hacía más. No hablo de poderes ni cosas así, hablo de... (uff, quién explica esto)

(¡Jugamos! ¡Sí, jugamos!)

Esa vino a ser la conversación interna entre Coso y yo. Fue un "mira tú, en serio, adelante..."

Me giré hacia la chica que había a mi lado. No la había visto nunca. Ella me miró. Sonreímos las dos, nerviosas y voy y le digo:

-Tu madre se llama Raquel.

Así, sin más. Porque sí. Porque "mira tú dentro y dime lo que ves". Y esa completa desconocida sonrió (qué otra cosa podía hacer) y dijo:

-Sí -amplió sonrisa-, mi madre se llamaba Raquel.

El cabreo subsiguiente que sentí... de eso mejor no os hablo.

Primero, "llamaba", pasado. Su madre esta muerta. Eso me cabreó MUCHÍSIMO. En segundo lugar, ¿cómo podía saberlo?

Dejé de jugar, dejé el encuentro, me senté y el guía dijo: "¿qué pasa?" y yo dije:

-No  quiero jugar más a este juego.

¿Estamos locos? Soy científica. ¡Científica! No voy por ahí pensando que la magia existe (no de verdad), y creyendo en todas esas (estupideces) de brujas, meigas, tarot y adivinas. Lo repito: son todo cuenta-cuentos. Pero de los malos. Si hay gente con cualquier tipo de poder, os aseguro yo que no lo va contando por ahí y no es "bruja". Hay gente a la que le pasan cosas malas y gente a la que le pasan cosas buenas, y es así y alguna explicación científica ahí, pero desde luego nada que tenga que ver con un tal Coso.

Semejante tormenta interna os dará pistas de por qué... no tengo ni puñetera idea de si Coso existe o no.

Durante años, creí que mi compañero budista sí sabía quién era. De hecho, él parecía mostrar los mismos "poderes" sin preocuparle lo más mínimo. Por ejemplo, una semana vino y empezó a hablarme de Malher.

A mí ni me sonaba Malher, ni entendía a qué venía eso. Y él dijo algo sobre cuando Malher llegue a tu vida. 

¿Un compositor muerto de hace no se cuántos años?

Pasado un tiempo estaba en un taller literario. En un lugar en el que no solemos reunirnos. 

De todos los asistentes, uno... pelo rizado, ojos negros, la presencia,... me llamó la atención. Y le pregunté a Coso:

"¿El compañero y él son lo mismo?"

Mirad, creo que he dado con la clave. Cuando le pregunto a Coso algo (para adivinarlo) tiendo a no preguntar por esa cosa, sino... que te fijas en algo conectado a... la cosa en sí. (No sé explicarlo, no hay palabras).

Sí.

Fue la respuesta.

Mirando a ese desconocido a los ojos, le solté:

-Tú trabajas sobre un escenario.

El desconocido "alucinó" pero no con la cara de fingida sorpresa que ponen los seres humanos cuando  interactúan, sino con la cara de estupor real que suele ser quedarse callado y tardar esos segundos que veo en sus ojos en comprender. Y entonces, contestó:

-Sí. (pausa) ¿Cómo sabes eso?

(por tus ojos, por tu presencia, porque C es actor (o lo fue) y C y tú sois lo mismo. Ambos trabajáis sobre un escenario, veo los aplausos en vosotros, los siento, siento el escenario y la oscuridad, lo siento todo)

-No lo sé. Por...

(presencia)

-No lo sé.

Y esa es, señoras y señores, el misterio de la Vida. 

Aquel hombre, contestó entonces algo que me dejó ABSOLUTAMENTE alucinada:

-Soy cantante lírico. De hecho, estoy en Madrid interpretando a Malher.

¡JAJAJAJJAJAJ!

¡¡¡A MALHER!!!

-¿Sabes quién es?

¡¡¡PRECISAMENTE A LA MALHER!!!!!

Cuando, al lunes siguiente, se lo conté al llamado "Muso" o budista o lo que queráis, me contestó simplemente (y sin asustarse)

-Así que Malher ya ha llegado a tu vida.

Como si fuera de lo más normal.

Da igual las vueltas que le deis, jamáis sabréis si se está quedando conmigo, si preparó todo esto a mis espaldas (poco probable, demasiadas casualidades para conocer a ese artista, ni tampoco si Coso existe o no existe)

Pero os puedo contar otro detalle. Aunque habréis de saber una cosa importante. A fecha de hoy, no creo que el compañero sepa (ni crea) que Coso existe. Y considero que toda nuestra relación fue una mentira. Lo que quita cualquier importancia a este testimonio que os narro. Pero debéis saber algo, aún siendo subjetivo y solo mío (unilateral-mente). Hoy cuando entraba en la oficina, saludé con mucha amabilidad al guardia de seguridad. Es curioso porque me llama Eva. Somos casi mil empleados y todos los guardias dicen mi nombre cuando entro... y no dicen el nombre de los demás. Lo que me deja un poco perpleja. Y el de Mantenimiento siempre me saluda alegremente y yo correspondo, hoy de hecho le deseé un buen día siendo los dos primeros seres en la oficina. Y cuando pasaba delante del ascensor, se abrió la puerta y salió el de mantenimiento. He tenido un día difícil, y él me sonrió y yo recordé el encuentro de las siete de la mañana y dije algo. Mientras esto ocurría, Coso dijo algo también.

No puedo traducirlo pero sí deciros lo que yo contesté a Coso:

"Pues claro que se alegra de verte, es que si eres amable, ¿ves? las cosas vuelven"

Justo sale el de mantenimiento y detrás está mi No-Muso-Budista. Tal cual, despistado mirando el móvil, en el ascensor.

Menudo brinco di.

Como yo buscaba la fotocopiadora, en lugar de subir (¡Dios nos libre!) giré 180 grados y me dirigí a la de la primera planta.

"¡Paso un año sin verlo y ahora me lo encuentro cada día!"

Pero es normal, trabajamos en el mismo lugar.

El otro día cuando lo vi en lugar de enfadarme, sentí Compasión. Y no yo. Más bien "Coso".

Igual os digo que esta vez al verlo sentí...

"Una aura límpia"

Pero no son esas palabras. Mirad, me rodean algunas personas que "todo siempre está mal". Todo mal. Todo horrible. Todo crítica.

Y fue mirarlo y pensé (limpieza) pero no lo veo yo así, lo siente Coso.

Y alguno dirá: entonces, a ver Nelly, ¿ese tal Coso es tu corazón?

Pues no lo sé. No creo que mi corazón sepa que por una calle que no alcanzo a ver circula un coche blanco o cómo se llama la madre de un desconocido que se para a mi lado. No creo que un corazón humano sea capaz de esas cosas, por lo que tendría que decir: "Coso no existe".

Si Coso no existe, "algo" cuando miró a mi compañero notó una "atmósfera limpia". ¡Y esa esa la palabra! Limpieza. Un aura, alrededor, de "no me paso el día criticando ni comprendo por qué otros lo hacen ya que es innecesario". No sé, una especie de claridad sobre el respeto hacia los demás.

Pero como nada de esto es científico... 

Pues acabaré diciendo que es CASUALIDAD.

Chis pum.



8 comentarios:

Davidel dijo...

Cuando voy a la carnicería, me pasa lo mismo; me llaman por mi nombre a mí solamente. Y jamás se lo he dicho. Por cierto, eres médium.
Que tengas un gran viernes!

Nelly dijo...

No creo en eso. ¡Jajajja!

Davidel dijo...

Lo sé. Pero alguna explicación habrá que darle jajaja!

Nelly dijo...

sólo me viene a la cabeza: "es casualidad"

Davidel dijo...

Ya...pero las casualidades no existen!!
Te pasa que eres tan cabezota como yo o más, y la racionalidad nos puede jajaajaja Pero por Dios bendito, coso está ahí como si de un egregor se tratase!!

Nelly dijo...

un... ¿¿¿un qué??????

Davidel dijo...

Todo es egregor, todo es coso. Parece un nombre de un demonio de Harry Potter, pero es algo real jajaja

Nelly dijo...

Jajajjajajja...que no, que todo es ciencia jajajajja yo de egregores de esos no entiendo jajajja

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