Mitología personal onírica

Acabo de despertarme de un sueño... de un tipo de sueño, que pensé que había quedado muy atrás. Y explico porqué: cuando era muy, muy joven, llevaba un diario de sueños. Al cabo de unos meses descubrí con estupor que los sueños tenían mensajes comunes y personajes que se repetían. Fue toda una sorpresa.

"El cartero" o "el niño mensajero" de mis cuentos sale en esos sueños. Era un guía. Cuando todo se volvía oscuro o yo no sabía por donde tirar... ahí estaba.

El otro personaje... 

Del otro es difícil hablar.

Si alguno está pensando en Voldemort (jajaja!), no va por ahí la cosa. Imaginad un personaje que ... (jo, esto es complicado)... 

Imposible, no os puedo hablar del otro personaje. Ni podía entonces, ni puedo ahora. Por eso escribía los sueños.

Qué cosa tan extraña. El sueño de hoy era tal que así:

" Estaba en una especie de parque, lugar de recreo, jardín... todo mezclado. Y también debía de ser a ratos mi trabajo porque también había compañeros míos por allí. De repente, llega un mago. Sube unas escaleras y parece que va a hacer un truco de magia porque quiere saltar desde un trampolín a una piscina (sin paredes) que está en el aire. Es decir... (puede que fueran paredes transparentes, a saber), que va a saltar y todos vemos el agua desde abajo. "Oooooh, un mago", se admiran unos y otros. Miro el trampolín, miro la piscina y luego giro la cabeza.
Y allí está el Muso a mi lado y yo le digo: "¡bah!, eso es un truco!"
(realmente me gusta mucho la magia pero en este sueño como que paso mucho de ella).
- No, Nelly, no, que es un mago, mira... -dice otro compañero.

Y yo contesto: "No, la magia de verdad la hace otro" -refiriéndome a quien ya sabéis.

- ¡Pues ve y pídele magia!

- ¿Estas de broma? ¡¿Crees que se le puede ir a molestar con tonterías?!

Paso. Ni me acerco a él. Mantengo una más que prudente distancia. 
Mis amigas y yo seguimos a lo nuestro, conocemos a otras personas... y sigue una vida cotidiana. Y me voy. El caso es que me voy sin decirle ni adiós al Muso. Era como "paso de la magia falsa, paso de la magia verdadera".

¿¿¿Pero qué magia verdadera????? 

Entonces, de nuevo, estoy en un jardín. Y aquí viene lo raro del sueño, aquí viene lo de las otras veces. Advierto a mi cerebro que si vuelvo a tener esos sueños, los escribiré aparte y luego los tiraré a la basura. Como iba diciendo, estaba en un jardín, a mis cosas, y de repente me llamó la atención algo y al girarme vi una telaraña gigantesca, de un lado a otro entre dos bancos de piedra. Pero era muy raro, porque era una telaraña rectangular. Tan fina, tan concienzudamente tejida y a la vez tan delicada, que no dejaba ver lo que había al otro lado. Y un insecto la movía porque intentaba escapar de ella.

Me acerqué. 

Era por la mañana, lo sé por la luz, y porque sentía el rocío y por el aire. Son sueños con muchos detalles. Muy tramposos. 

No vi al insecto. 

Mi primer impulso fue buscar un palo, ayudar al bicho que quisiera escapar de la telaraña y seguir tan campante, pero... me detuve. Era una telaraña muy hermosa. Más parecía una especie de tela translucida.

"Saldrá la araña" dijo mi pensamiento.

"Es la naturaleza" me respondí.

Tras unos instantes de titubeo, le di la espalda. Pero me reconcomía la conciencia. Al volver a girarme vi a un niño a contraluz. Era tan pequeño, que la telaraña -que estaba tras él- era más grande que él. A decir verdad, desde aquella perspectiva, era como un portal. Como una puerta, con mucha, mucha luz, y el pequeño estaba dándome la espalda a mí y supongo que mirando lo mismo que yo.

"Mira" me dije internamente "Ya tienes que salve al insecto. ¿Lo ves?"

El niño usó la mano para rasgar la telaraña de arriba abajo. Y la deshizo y dejó que entrara la luz. Fue entonces cuando me di cuenta de que era como una puerta. 

No os lo he dicho, pero en este sueño, en ese jardín, cíclicamente, la gente subía a una oscura torre a ver un mago. 
(el niño, el otro personaje... ay, señor señor)

Así que subí a la Torre otra vez. Se suponía que subías, aprendías algo, y volvías a bajar. Sólo que el mago era el Muso. Hay que tener cuidado con esto, porque si mi mente identifica cierto personaje capaz de... ains, es imposible. 

Las luces de la Torre estaban apagadas. Esta vez no llamé al ascensor. Bajó solo. 

"No has llamado"

"Pues parece que sabe que estoy aquí..." me dio un ataque de tos. "Parece que lo sabe todo".

Y me desperté.

Significado: bueno, vamos a ver, me desentendí del pobre insecto que luchaba por escapar de una telaraña porque me dije "Es la naturaleza" y luego ese joven personaje guía sí se paró para salvar al animal, pero no sólo eso, sino que rompió la tela y dejó pasar la luz. Me esta diciendo, como siempre, que el cambio es posible.
También me está diciendo: ojo con la telarañas bonitas de la vida, que te quedas pegada y no ves más allá.
Fenomenal. 
Y el otro personaje... como no sea la muerte.... 

Y eso de identificar un personaje que es capaz de... bueno, es que es el sueño en sí, es que es imposible definir con palabras lo que ese personaje es. E identificarlo con el Muso (que por otro lado, es un ser humano) es la peor idea en toda la historia de peores ideas. Así que, ¡mente escritoril! te prohíbo que mezcles una cosa con la otra.

Menos mal que yo soy mucho de separar y pienso tener por un lado -en una caja- la mitología onírica y por otro lado a la gente real. De lo contrario, jajaja, veré al Muso y diré: ¡¡abracadabra!!

jajaja!
Saludos!!! 

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