El maestro interior


Ayer un compañero de trabajo me dijo que lo que más echaba de menos de sus veinte años (de su juventud, dijo, y tenemos la misma edad más o menos) era lo mucho que se reía.

-¡En serio! ¿No te acuerdas cuando te reías por nada? ¡Todo era maravilloso y una aventura! Veías cualquier tontería y era... ¡algo fantástico! 

Tiene gracia que me diga eso porque me reía tanto, en mi caso, y se me iba tanto la pinza (sobre todo en la niñez), que una profesora de lengua me dijo que nunca había conocido una niña así y que de mayor sería una vieja muy muy muy arrugada.

Aquella frase se me quedó grabada. Vieja "muy, muy, muy, muy arrugada".  Luego pensé: "bah! qué más da..."

Así que, que un compañero de trabajo me diga eso, refiriéndose a un recuerdo de una amiga suya que se ríe por todo... no sé, me hizo gracia. También alguno pensará: ¿a Santo de qué vino esta conversación? ¡De nada! Las cosas te llegan así, cuando quieren...

Me encanta que me cuenten cosas, de todos modos. Me refiero a la gente.
Aprendo.

Imaginaos dos bolitas de luz flotando en el vacío de un universo inmenso e ignoto. Imaginaos que se encuentran en medio de la nada y empiezan a vibrar:

- bla bla bla... bla bla bla -dice una con su vibración.

Y la otra aprende y contesta: bla bla bla.... blablablablablab...

Bla.. bla. bla y más bla.

Es importante vigilar "la vibración" de estas bolitas, porque tú puedes llevar una determinada frecuencia y venirte otro con otra vibración más perniciosa y hay que tener cuidado con eso. Y luego está, claro, los casos en los que tú estás flotando ignorante en tu espacio vacío personal, calculando complicadas fórmulas que expliquen el mundo, y entonces va y llega una bola azul de luz luminosa mucho más grande que tú y piensas: "¡Ay va, ¿y esto?!"

La enorme bola azul de energía cruza por delante de ti, como un planeta errante que sigue su propio camino. Y tú como bolita diminuta la miras sorprendida. Cono ojos redondos e incrédulos. Y te acercas para ver el fenómeno de cerca.



Esa bola azul luminosa y maravillosa que brilla y no sabes porqué, tiene a bien enseñarte algunos trucos. Como tú eres una bolita testaruda y cabezota, un poco loca, y sobre todo asustadiza pues... muchas veces te enfadas. Recordad lo de las frecuencias, es importante. (¿habéis visto ese puente colgante que se cayó por el fenómeno de la vibración con apenas un viento muy leve?) Dos frecuencias determinadas, acopladas, general algo mucho mayor. Es muy curioso.

Lo malo de este universo es que tiendes a pensar que todo el mundo lleva tu misma frecuencia. De manera que vas esparciendo rayos de energía de un determinado tipo y (¿en ese ámbito cercano esos mismos rayos contaminan o nutren tu espacio vital?) y a veces se mezclan con los rayos de otro y el resultado es una gran confusión.

Por suerte, dentro de cada bolita de luz (y energía) hay un núcleo. Lo vamos a llamar "brújula interna Nellyfantástica" jajaja! Bueno, la vuestra tendrá otro nombre.

Dicho núcleo es en sí mismo un joven y brillante maestro interior. Que os orienta.

Lo malo es que es un núcleo pequeñito- y chiquitito- y es ténue. Y no sé bien cómo alimentarlo. Pero todas las bolitas tienen unos (como en la foto jajajajaj)

La refulgente bola azul y brillante, que por pura casualidad ha dado contigo en el Universo, es todo núcleo jajajaj! todo corazón. Y te dice: "comienza por estar en el momento presente"

Así que una buena opción es detenerte en tu espacio vacío y observar. Y dejar de pensar en el tiempo. En mañana, en pasado, en ayer.... Si haces eso, de repente es como si te quitaran un velo de la cabeza y te das cuenta de que delante tienes una mesa, una silla, una baldosa, un sofá, un amigo, un libro, un poco de aire... lo que sea que tengas delante. Algo. Y respiras tranquila.

Se llama "vivir en el momento presente" Pero no es fácil, porque cuanto más has caminado como bolita en el Universo más ideas genera tu mente y más problemas creas, supongo que con la intención de estar preparada para resolverlos si aparecen. Esta estrategia estaría bien de no ser por dos consecuencias: primera, gastas mucha energía y segunda, a veces generas tú misma los problemas.

Hasta puede que exista una relación entre las vibraciones que esparces y las cosas que llegan. Pero no siempre. Somos muchas bolitas en el universo y los resultados de las acciones se enmarañan -bajo mi punto de vista-de modo complicado.

Bien, tras unos días de práctica tomas el hábito de solo vibrar y observar tu espacio en el Universo.

Entonces brillas más.

Y colorín colorado, este cuento por hoy se ha terminado.

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