Nelly y los "malla-pantalones"

No es que sea una aventura apasionante, ni mucho menos. Pero me gustaría escribir algo rápidamente, que me ayude a olvidar a Cui-Cui.
Mi mascota Max vivió dos años conmigo, lo que debe vivir un hámster, aproximadamente. Y fue feliz y traté de darle la jaula más grande y la comida más rica. Cierto que una vez por descuido casi se me muere de calor, pero... es que soy novata en esas cosas.
Pero... Cui Cui era... de entre todos los conejillos de indias... el más bonito. Ni os imagináis lo bonito que era (bueno, quizá sí porque puse fotos), así que tengo una depre tremenda. No paro de pensar que necesitó algo y yo no se lo dí. Me siento muy culpable.
Me dicen mis amigos:
- Cómprate una mascota más fuerte.
- ¿Cuál?
El perro y el gato dan mucho trabajo.
- Una tortuga.
En estas que Nelly mira al chico (porque era un chico el que me lo decía) y contesta:
- ¿Una tortuga?
- Sí. Siempre estará contigo y dura mucho.
- Una tortuga -repito, indignada.
- ¿Qué tienen de malo las tortugas?
- Pero vamos a ver -contesto-, yo quiero algo con pelito. Algo que acariciar.
- Le acaricias la concha.
- Tú no me entiendes...
Mi amigo se ríe.
- ¿No había hombres en la tienda de animales? -pregunta, picarón.
- No. Los solteros interesantes de 30 se habían agotado. Lástima.
En fin,...
El caso es que mi casa es muy fría en invierno y muy calurosa en verano. Y si los conejos y conejillos de indias son tan delicados como dicen, aunque tengo la jaula, el heno y mil cosas más... bueno, es que hay que ser masoca igual para volver a pasar por esto otra vez. Además, como Aristóteles Cui-Cui no había ninguna coballa en el mundo. Roseta, tricolor, peludita y simpática.
Así que en vez de ir a la tienda de animales y pasearme como alma en pena entre los bichos, me dejé guiar a una cervecería nueva a compartir una "Mort Subita"
¡Una cerveza de frambuesa!
Y me fui de compras.
¿Por qué me fuí de compras? Primero, porque había pasado tres días muy triste, sin salir, cuidando a mi mascota. Segundo, porque medio Universo se dedica a decirme: "Con lo mona que eres, deberías sacarte más partido vistiendo".
La primera vez que lo escuché dije "bah". La segunda, me tocó las narices. La tercera pregunté a mis amigas.
La cuarta proclamé al mundo que me gustan los vaqueros. Y ayer un amigo me dijo:
- Hay vaqueros y vaqueros.
Me fuí de compras.
Y sí, me fuí a las tiendas más fashión. Decidí echar un ojo a ver qué se lleva este año. Y pensé, "bueno, esto es como cualquier actividad creativa. Vete y elige". ¿Y sabéis qué? En Stradibarius, tienda en la cuál no compro casi nunca, me llamaron la atención varias cosas. Entre ellas, unos vaqueros. Pero pensé: "bah, seguro que ahí no me cabe el culo". O son cortos, o de pitillo, o hacen cartucheras, o yo ya no tengo edad para esto... y mientras lo pensaba todo, me iba acercando al estante. Mientras una vocecita me decía: "Pruébatelos".
Entonces los toqué y... "ah, amigo".
Ya.
Qué cucos los diseñadores.
Así que vaqueros apretaditos, ya... son mallas! Claro, ¿así cómo no te van a quedar bien? Me compré unos vaqueromallas, me puse unas medias de color, me fuí a la peluquería, me puse unos pendientes nuevos...
Salí a la calle...
Y a la tercera proposición de matrimonio no sabía donde esconderme.
¿Y si me compro un enorme perro de presa? Así cuando se acerque un pesado hará:
- GRRRRRRRRRR!!!!
Echo de menos a Cui Cui.
Nell.

2 comentarios:

AngeL dijo...

Para tu próxima visita a esa cervecería, pregunta a ver si tienen Affligem Dubbel (doble), y te dejas de chorraditas de muertes súbitas y esas cosas que parecen piruletas :-P
A ver ese mojito pendienteeeee, que aquí sigue su detallito, señorita ;-)

Nelly dijo...

Seguro que la tienen, Angel, había como 100 cervezas de nombres raros.
Sí, sabe a piruleta, demasiado dulce... la de mi amigo estaba buena, era más amarga.
¿Detallito? ¿¿¿detallito para mí??? El miércoles he quedado con dos amigos a tomar café. ¿Te vienes? :_D
jijiji,
Nell.

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