No hay otoño que se precie, ni mejor estación para leer (o releer), la obra de J.D. Salinger: El Guardián entre el Centeno.

Me la mandaron en el colegio, con doce o trece años, y recuerdo que a medida que iba leyendo pensaba: "¿para qué puñetas me hacen leer este libro... este Holden esta como una regadera?" Me tenía un poco desconcertada.

De hecho, terminé el libro y no me gustó. Pero unos cinco años después lo volví a leer, y ... luego otra vez, y luego otra, y cuando llevaba unas seis lecturas y me sabía las frases de memoria pensé: "al final va a ser mi libro favorito"...

Tiene frases estupendas, como "A estas alturas ya la odiaba cordialmente" o "Stradler era un guarro, pero de un modo distinto a Ackley" Descripciones un tanto desgarradoras a veces, en primera persona. Todo el libro esta contado... yo diría que un poco a lo Paul Auster. Holden Caulfield, adolescente en el Instituto de Secundaria de Pencey, te va narrando lo que ve, ni más ni menos, un mundo corrputo y desordenado (la escenita del sofá tiene tela...), bajo la mirada de un chaval de quince o dieciséis años.

Y luego tiene... esas salidas de tono totalmente surrealistas, como lo de los patos, o la explicación del propio título. Me gusta que los títulos sean incomprensibles al comienzo de una novela, pero se expliquen dentro. El título es, si habéis visto la pelí, similar a una escena del "El Indomable Will Hunting". Cuando Robbie Williams le pregunta algo a Matt Damon y este responde: "De mayor quiero ser pastor"
Ja,ja,ja... es el colmo del cinismo.
Chicos descolocados, aventuras en Nueva York, cosas que entonces me parecieron un poco fuertes aunque ahora... visto lo que hay publicado, serán casi dulces.
Se compara este libro con "Tokyo Blues", de Murakami, pero... para mí no llega a la suela del zapato. (Lo siento, no puedo con ese libro, me deprime muchísimo). El Guardián entre el Centeno es.. más suave, y además, a mí leerlo me libera.
Me encanta la escena del pasillo cuando grita: "¡que durmáis bien, tarados!" y luego dice, "seguro que desperté hasta el último alumno de Pencey". (y esta es la versión eufemística)
Ah, la atormentada juventud...
¡Buenas noches, internautas!
Nelly.